A mediados de la década de 1960, el físico Peter Higgs propuso la existencia de un mecanismo que ahora llamamos bosón de Higgs, que podría explicar por qué partículas como los quarks y los leptones tienen masa. El campo hipotético sugirió previamente la existencia de una partícula misteriosa que interactúa con él y da masa a otras partículas.
Durante décadas, los físicos buscaron esta esquiva partícula, pensando que tal vez no existiera, pero finalmente, el 4 de julio de 2012, el Gran Colisionador de Hadrones del CERN (Centro Europeo para la Investigación Nuclear o Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales) anunció el descubrimiento del famoso bosón de Higgs.
La comunidad científica se sorprendió al saber que después de décadas de investigación, finalmente encontraron la llamada «partícula de Dios», una partícula subatómica importante en el universo. Explica por qué el universo es como es. Por así decirlo, abarca desde las partículas más elementales hasta las galaxias más grandes.
Es un campo de energía que abarca todo el universo y en el que interactúan todas las partículas. Como resultado de esta interacción, unas partículas se diferencian de otras, esta diferencia radica en sus propiedades. Peter Higgs propuso en 1964 que esta masa podría ser el resultado de interacciones con otras partículas. Para el físico está claro que funcionan, incluso si no pudiese probar su existencia.
Peter Higgs nació el 29 de mayo de 1929 en Inglaterra. En 1950 se graduó en el King’s College de Londres con honores de primera clase en física. Se doctoró en 1954 con la tesis «Algunos problemas de la teoría de las vibraciones moleculares». En 1960, pasó de investigador principal a profesor en la Universidad de Edimburgo. Su carrera está marcada por numerosos premios, honores y nombramientos. Murió este año, 2024, a la edad de 94 años.
Se trata de un descubrimiento muy importante porque proporciona la pieza que falta en el gran rompecabezas de la física. Esto abre una nueva forma de comprender muchos fenómenos físicos del universo previamente desconocidos que están esencialmente relacionados con la materia. En otras palabras, proporciona las herramientas para responder a la pregunta fundamental: ¿de qué están hechas las cosas?
Según los científicos, en la primera billonésima de segundo después del Big Bang, hace 13.700 millones de años, el universo ha sido una sopa de partículas que se mueven en diferentes direcciones, simultáneamente, a la velocidad de la luz sin masa. Al interactuar con el campo de Higgs, una forma de energía que impregna todo el espacio, estas partículas ganan masa con el tiempo y forman el universo.
La «partícula de Dios», también conocida como bosón de Higgs, es una partícula aún por descubrir en el duodécimo modelo conocido como modelo estándar, que describe la formación fundamental del universo. Para explicar el descubrimiento, los investigadores citaron el ejemplo de un protón, que no tendría masa sin el campo de Higgs. Sin este campo de energía, todos seríamos tan ligeros como los fotones (las partículas que componen la luz) y viajaríamos a la velocidad de la luz como fotones.
En este mismo año, (2012) la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) daba a conocer el hallazgo de una partícula que tiene más de un 99 % de probabilidades de ser el mítico Bosón de Higgs o `partícula divina´, un descubrimiento revolucionario en la física que permitiría explicar el origen de la masa.
El impacto de este descubrimiento
La física no responde a la pregunta «por qué», sino a la pregunta «cómo». Por lo tanto, el significado del bosón de Higgs (partícula de Dios) es que debe haber estado presente en las primeras etapas del universo. Básicamente, estos laboratorios replican las condiciones de estas etapas. Fue el alto grado de simetría que existía en el universo primitivo lo que luego se rompió, dando como resultado una masa de muchas partículas.
Lo que estos experimentos han estado haciendo es tratar de entender cómo era el universo en las primeras épocas, estamos hablando de 10 a -33 segundos después del Big Bang, que es la época de la Gran Unificación. La ruptura espontánea de la simetría (la aparición del bosón de Higgs) se desencadena aproximadamente entre 10 y -33 segundos después del Big Bang. Así que es justo decir que este descubrimiento nos acerca al menos mucho a una de las explicaciones más populares y quizás más simples sobre el origen de la masa de las partículas elementales.
¿Por qué el bosón de Higgs, se le llamó la “partícula de Dios”?
El responsable de esta nominación es Leon Lederman, físico estadounidense y premio Nobel en 1988. En 1993, junto con Dika Terecki, publicó un libro del mismo nombre, al que, según él, le dio este nombre por dos motivos. Primero, sus editores no les permitieron llamarla la «partícula maldita» que ambos pensaron que tomaría un tiempo descubrir, a pesar de lo necesaria que era para respaldar toda la teoría, especialmente por eso.
En el momento de la publicación del libro, el Congreso norteamericano aprobó una cantidad de dinero entonces significativa para construir un colisionador incluso más grande que el CERN, pero fue cancelado unos años más tarde debido a preocupaciones presupuestarias. La otra razón, dijo Lederman, era hacer que pareciera otro libro «más antiguo…».
Fuente principal:
Javier Santaolalla Camino, ingeniero superior en Telecomunicaciones, Físico, doctor en Física de partículas y miembro del grupo «The Big Van Theory: El bosón de Higgs: la partícula maldita, artículo especial: