Los árboles forman parte de la imagen de la ciudad, tienen un volumen determinado y son capaces de modificar el espacio en el que se plantan. Sumar lugares en el espacio público que estimulen la vida cultural de los usuarios con la presencia de árboles da un contrapeso a la arquitectura de construcciones sólidas. Los árboles urbanos ofrecen ventajas que, además de estéticas, se están explorando como una nueva forma de mejorar la calidad de vida.
La condición de vida de los habitantes de las ciudades va disminuyendo día a día, y al mismo tiempo se van degradando los elementos que son capaces de mejorarla. Un papel importante en el espacio público lo ha jugado el Arbolado. En el lugar donde se ubicaban las ciudades, el árbol estuvo en primer lugar, garantizando la continuidad con la naturaleza y brindando beneficios a la población dispersa.
La sociedad ha tomado conciencia de la importancia de estudiar las conexiones entre la ciudad y su entorno. La trama Ambiental es quizás la más importante de ellas, y donde cada uno de sus componentes requiere del conocimiento de su biología, comportamiento y beneficios para la sociedad, la ciudad está comenzando a ser vista como un ecosistema.
Todos sabemos que los árboles nos dan sombra, nos protegen de la lluvia y el viento, añaden belleza a nuestro entorno, naturalizan las duras líneas urbanas, proporcionan biodiversidad a nuestros hogares y mucho más. La mayoría de nosotros no podemos imaginar una ciudad sin árboles, pero han comenzado a ser parte de la infraestructura al igual que las calles, las farolas y las escuelas.
Efectos en la calidad del aire
En la actualidad, se ha incrementado la sensibilidad en la conservación y el cuidado de los árboles urbanos, señalando la gran relevancia de los valores ambientales que el árbol aporta a la sociedad, y de esta forma, el árbol recuperará en el espacio el lugar que siempre le correspondió.
La vegetación urbana puede directa o indirectamente afectar a la calidad del aire a nivel local o regional. Las cuatro principales formas en las que el arbolado urbano afecta a la calidad de aire son:
Reducción de la temperatura y efectos micro climáticos: La temperatura es una de las variables meteorológicas más sensibles a los procesos de urbanización, donde se observan valores superiores en el centro de la ciudad en relación con su entorno natural.
Dentro de los principales elementos a tener en cuenta de este fenómeno, se encuentran los espacios construidos en las ciudades que almacenan y emiten calor, la capa de contaminación atmosférica, la escasa evapotranspiración en los centros urbanos, debido a las elevadas áreas verdes y la impermeabilidad de los suelos, la generación de calor por los vehículos, la generación de calor por los automóviles, la generación de calor por los vehículos, la actividad industrial y urbana en general.
Disminución de los contaminantes atmosféricos: Los árboles disminuyen la polución gaseosa del aire a través de la eliminación de estos por las estomas de las hojas. Una vez que se encuentran en las hojas, los gases difusos se encuentran en los espacios intracelulares y podrían ser absorbidos por películas de agua formando formas ácidas o, de esta forma, interactuar con las superficies internas de la hoja. No obstante, donde la vegetación desempeña un papel relevante es la disminución de pequeñas partículas que se encuentran en suspensión en la atmósfera.
Ciertas partículas pueden ser absorbidas por los árboles, aunque la mayoría de las partículas que se interceptan, se encuentran depositadas en la superficie de la planta. Estas partículas que se encuentran adheridas a la superficie regresarán al sistema cuando las hojas caigan o sean lavadas debido a las acciones de la lluvia. De este modo, los árboles son una fuente de retención temporal para diversas partículas atmosféricas.
Emisión de compuestos orgánicos volátiles: Algunos árboles introducen a la atmósfera compuestos orgánicos volátiles (COV), como Isopreno y Monoterpenos. Se trata de compuestos químicos naturales de los cuales se obtienen aceites esenciales, resinas y otros productos de las plantas; pueden tener como propósito atraer polinizadores o repeler depredadores.
Los niveles de COV en los árboles varían en función de las especies, la temperatura del aire y otros factores a nivel ambiental. Los flujos de COV por los árboles pueden contribuir a la formación de O³. No obstante, las emisiones de COV están sujetas a la temperatura y los árboles generalmente disminuyen la temperatura del aire; se sugiere que una buena cobertura arbórea disminuye las emisiones globales de COV y, por lo tanto, los niveles de O³ en las áreas urbanas.
Efectos energéticos en las construcciones: Las superficies duras y acristaladas de las construcciones reflejan la radiación solar, dando lugar a la atmósfera en forma de energía. La vegetación absorbe esta energía y utiliza el 20% de ella para su subsistencia y la formación de biomasa. La mitad de la energía solar se refleja en la vegetación y se traslada a la atmósfera.
De esta manera, podemos afirmar que el calor radiado de las edificaciones, industrias y emisiones vehiculares incrementan los niveles de polución en el aire de la ciudad, disminuyendo las temperaturas 8°C más elevadas que en áreas rurales. Un aumento en la cobertura del arbolado (tres árboles por edificio) podría disminuir la energía necesaria para la calefacción y la refrigeración entre un 5-10%. Se sugiere que, mediante la plantación de más de tres (3) árboles por edificio en cualquier ciudad, se podría ahorrar mucho dinero en costos energéticos anuales.
Contribución de los arboles a las ciudades
A pesar de que los árboles representan un beneficio inestimable para la sociedad; salud, ahorro de energía, filtración del agua, captación de contaminantes y lo más importante y difícilmente evaluable, confort y bienestar, también tienen un impacto en la vitalidad económica de una ciudad, vecindario u hogar. La ONU resalta diversas formas en las que los árboles y bosques urbanos contribuyen a impulsar la sostenibilidad de las ciudades:
- Los árboles desempeñan un papel fundamental en la consolidación de la biodiversidad urbana, brindando a plantas y animales un entorno natural, fuente de alimento y protección adecuada.
- Un árbol maduro puede absorber hasta 150 kg de gases contaminantes durante el año. En consecuencia, los árboles desempeñan un papel fundamental en la reducción del calentamiento global. En lugares con elevados niveles de contaminación, los árboles pueden mejorar la calidad del aire, lo cual posibilita que las ciudades sean lugares más saludables para vivir.
- Los árboles grandes son una fuente de refugio para contaminantes urbanos y partículas muy finas como el polvo, la suciedad o el humo del aire, que se encuentran atrapados en las hojas y la corteza.
- La ubicación estratégica de los árboles en las ciudades puede contribuir a refrescar el ambiente entre 2 y 8 grados centígrados. Por ejemplo, la situación adecuada de los árboles a su alrededor puede disminuir la demanda de aire acondicionado en un 30 por ciento, y disminuir, en algunos paises, las tasas de calefacción de invierno en un 20-50 %.
- Las pruebas evidencian que vivir cerca de áreas verdes urbanas y tener acceso a ellas pueden contribuir a la salud física y mental, tales como la disminución de la presión arterial alta y el estrés. Esto también contribuye al bienestar de las comunidades urbanas.
- Los árboles maduros controlan el flujo de agua y desempeñan un papel fundamental en la prevención de inundaciones y la disminución del peligro de accidentes naturales. Según un árbol de hoja perenne maduro, por ejemplo, puede interceptar más de 15 000 litros de agua durante el año.
- Durante la planificación de paisajes urbanos con árboles, se puede incrementar el valor de la propiedad en un 20 por ciento, y atraer el turismo y los negocios.
- Una ciudad con una infraestructura verde adecuadamente planificada y debidamente administrada se vuelve más sostenible, mejora la calidad de vida, se ajusta mejor al cambio climático, disminuye la probabilidad de desastres y preserva los ecosistemas.
En última instancia, es fundamental tener en cuenta que, cuando se planta un árbol en el espacio público de una ciudad, se generan una serie de efectos que impulsarán ese nuevo árbol urbano, que pueden ser tanto positivos como negativos. Si se selecciona con cautela la especie a plantar y el lugar apropiado para ella, el árbol proporcionará a la ciudad, la región y al planeta una serie de beneficios significativos que sólo el árbol urbano brinda. Si, por el contrario, la selección de la especie es inadecuada, o el lugar en el que se cultiva no brinda su propio crecimiento y desarrollo adecuado, los efectos que tendrán a nivel local y global serán negativos.
Fuente principal:
Carlos Priego González de Canales, Beneficios del Arbolado Urbano. Ensayo doctorado, Noviembre de 2002.