La pobreza se consideró durante mucho tiempo como una situación normal, que era parte de la humanidad misma y que por lo tanto las personas en dicha situación no tenían alternativas para salir de ella. Fue Adam Smith, considerado el padre de la economía moderna quien en su obra “La riqueza de las naciones” afirmó por primera vez que ninguna sociedad puede ser considerada floreciente si la mayor parte de sus miembros viven en la pobreza y la miseria.
Desde esa época hasta ahora, muchos estudios se han realizado en relación al problema, esos estudios se han vuelto cada día más profundos y detallados, pero a pesar de esa cantidad de conocimiento generado, todavía resulta complejo el consenso sobre el concepto mismo de pobreza y la forma de abordarla para solucionarla.
La pobreza, según las Naciones Unidas como fenómeno multidimensional se traduce en factores objetivos, como la falta de recursos para satisfacer las necesidades básicas para la supervivencia, o subjetivos, tal cual la privación de la participación social por cuestiones relacionadas al género. El enfoque más común define la pobreza como falta de ingresos. Este concepto está basado en los estudios de Benjamin Rowntree (1901). Según él, la pobreza se configura cuando el total de ingresos disponibles no satisface el mínimo necesario para la subsistencia.
Otras definiciones comúnmente aceptadas y muy utilizadas son las propuestas por los organismos de cooperación internacional, como la que propone el PNUD (1997), donde pobreza no solamente es la falta de los artículos necesarios para el bienestar material, sino la negación de la oportunidad de vivir una vida digna.
Por su parte la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) la define como “la situación de aquellos hogares que no logran reunir, en forma relativamente estable los recursos necesarios para satisfacer las necesidades básicas de sus miembros”. (CEPAL, 2009)
Bajo otra perspectiva, podemos argumentar que la pobreza debe concebirse desde el punto de vista de la privación de capacidades básicas de las personas para superar las condiciones que impiden su pleno desarrollo y no solamente como la falta de ingreso.
Este concepto marca un paradigma, ya que plantea el desarrollo no sólo relacionado con aspectos económicos, también diferenciar y explicar la pobreza de renta y pobreza de capacidades, enfoques que están muy relacionados ya que la renta es un medio para la obtención de capacidades; y un aumento de las capacidades de la persona contribuye a una mayor productividad y por tanto a obtener una renta superior.
Aunque ya se señaló que es complejo el consenso en relación al concepto de pobreza la mayoría de los estudios de pobreza consideran la necesidad, el estándar de vida y la carencia de recursos como elementos claves para su definición. La necesidad se refiere a los bienes y servicios materiales que una persona necesita para vivir; la carencia de recursos está relacionada con la ausencia de riqueza para adquirir lo necesario para vivir. El estándar de vida en cambio, se refleja en la condición de vivir con menos recursos que otras personas en una sociedad determinada.
Evaluación de la pobreza
La pobreza tiene múltiples causas y múltiples efectos, de ahí la variedad de conceptos alrededor de la misma y por eso también la dificultad de medirla. De acuerdo al concepto aceptado y a los elementos considerados para definirla, así será el método utilizado para medirla.
Debido a esa variedad de enfoques y métodos, los cálculos sobre el número de pobres en un país o región puede variar; un grupo de personas pueden ser catalogadas como pobres bajo un método y como no pobres bajo otro. Por eso, al utilizar datos para la toma de decisiones o para hacer comparaciones sobre cantidad de personas viviendo en pobreza y la ubicación de los mismos, es preciso conocer bajo que método fueron calculados y analizados.
Para Atkinson (1987) el pionero en la medición de la pobreza fue Sir Arthur Bowley, quien aplicó técnicas estadísticas para medir la pobreza en cinco pueblos ingleses, publicando en 1915 el libro Livelihood and Poverty. Bowden y Mosley (2008) mantienen que fue hasta finales de los años 80 e inicio de la década del 90 que empezó una estimación científica del número de personas viviendo bajo el umbral de pobreza, una de las razones del poco avance hasta esa época era la escaza disponibilidad de datos de la renta nacional de los países, especialmente de aquellos en situación de menor desarrollo.
Algunos métodos de medición de la pobreza
1. Método líneas de pobreza (LP): Uno de los métodos utilizados para medir la pobreza es el que utiliza el ingreso o los gastos en consumo como una medida del bienestar. Consiste en definir el costo de una canasta básica de consumo alimenticio (CBA) que permita obtener un cierto nivel de nutrientes para un normal desarrollo de los miembros de una familia. Además del costo de la CBA, se define el costo de los otros rubros no alimenticios necesarios para una familia.
Las familias cuyos ingresos no alcanzan para cubrir siquiera la CBA, se clasifican en pobreza extrema; si el ingreso logra cubrir la CBA, pero no es suficiente para las otras necesidades, ese hogar se clasifica en pobreza moderada. Los organismos internacionales han definido líneas de pobreza considerando el costo de la CBA; una metodología que permite ubicar a las familias por arriba o por debajo de dichas líneas de acuerdo a sus ingresos.
Una de las ventajas del método de LP es que clasifica entre pobres extremos y pobres moderados, lo que resulta muy útil al momento de definir políticas de apoyo. Define como una limitante, considerar que la satisfacción de necesidades depende totalmente del ingreso vía renta del hogar y no toma en cuenta otras fuentes de satisfacción de necesidades como acceso a bienes gratuitos y capacidad de endeudamiento de las familias.
2. Método de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI): Otro método para medir la pobreza muy utilizado en Latinoamérica es el de necesidades básicas insatisfechas (NBI), un método que permite la identificación de las personas en pobreza, considerando aspectos más allá del nivel de ingresos del hogar. Consiste en definir las necesidades básicas que deben satisfacerse en un hogar para alcanzar un nivel de vida digno dentro del grupo social al que pertenece ese hogar.
Las necesidades básicas determinadas normalmente tienen relación con: capacidad económica para tener adecuados niveles de consumo, acceso a educación, acceso a servicios básicos sanitarios y acceso a una vivienda digna. Para cada necesidad se definen las variables que se medirán, las cuales deberán estar en concordancia con la información recopilada en los censos de población y vivienda, que son las fuentes más comúnmente utilizadas.
Una vez definidas las variables y los indicadores, se define el nivel crítico o mínimo de satisfacción de cada uno. En esta definición es necesario considerar las diferencias entre regiones dentro de un país, ya que, aunque existen necesidades consideradas básicas y que deben ser alcanzadas por todas las personas, hay otras necesidades que su nivel de satisfacción dependerá de las condiciones específicas de una determinada región.
Una vez superada esa etapa, se procede a determinar si las familias logran cumplir todas las NBI. En caso de que no cumplan con al menos una de ellas, se consideran en situación de pobreza. Una desventaja del método es que está sujeto a la información disponible en los censos, que por lo general siempre es limitada. Otra crítica, es que permite identificar la insatisfacción de necesidades básicas, pero no la intensidad de dicha insatisfacción, además de que los indicadores seleccionados son un pequeño grupo de la cantidad de indicadores disponibles.
Las necesidades básicas (salud y educación) tienen estrecha relación con el crecimiento económico, si los gobiernos de países pobres destinaran mayores recursos para esos dos aspectos, los impactos en la economía en general serían altamente positivos.
Los organismos de cooperación internacional utilizan en mayor medida el método de LP para la identificación y clasificación de los pobres, así como para la definición de políticas. La propuesta más comúnmente aceptada es la del Banco Mundial, que basándose en el ingreso per cápita diario ajustado a precios internacionales, ha definido que las personas con ingresos de menos de US$1,25 al día viven en condiciones de extrema pobreza; los que tienen un ingreso mayor de US$1,25 al día, pero menor de dos dólares, son considerados pobres moderados; y los que viven con ingresos diarios de más de dos dólares son considerados no pobres.
3. La pobreza monetaria (PM): Se define como la insuficiencia de recursos monetarios para adquirir una canasta de consumo mínima aceptable socialmente. Para ello se elige un indicador de bienestar (gasto per cápita) y parámetros de lo socialmente aceptado (líneas de pobreza total para el caso de consumo total y línea de pobreza extrema para el caso de alimentos):
a. Se dice que un hogar es pobre cuando su gasto per cápita es inferior a una Línea de Pobreza (LPT).
b. Se dice que un hogar es pobre extremo cuando su gasto per cápita es inferior a una Línea de Pobreza Extrema (LPex).
La tasa de pobreza monetaria es comúnmente el indicador que hace referencia al nivel de vida de la población, esta refleja la capacidad de un hogar para afrontar las exigencias mínimas para vivir; en este sentido el indicador que se utiliza es el gasto per cápita del Hogar.
Fuente principal:
Carlos Roberto Ardón, La formación de recursos humanos como estrategia de apoyo a la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN). El caso de la educación superior en Honduras, Universidad Politécnica de Madrid. Madrid, 2012