Estados Unidos, desde la aparición de Trump como político empresario y su presencia como presidente de los Estados Unidos, ha experimentado uno de los momentos políticos y económicos más intensos de la historia reciente. Estos cambios generan una política externa estadounidense inconsistente e imprevisible.
Durante el análisis de sus acciones hasta el momento, el nuevo presidente, elegido nuevamente por los estaudinenses, pretende, por un lado, crear una economía más sólida y, por otro, adoptar un enfoque «agresivo» hacia los asuntos exteriores. En consecuencia, la intentención es lograr que Estados Unidos adquiera más poder de negociación.
De este modo, desde que Trump asumió la presidencia, durante el período anterior a Biden, realizó un cambio de estrategia, o al menos es lo que se pudo apreciar de sus años en el cargo de Estados Unidos, y después de la publicación de su Estrategia de Seguridad Nacional y Defensa Nacional. Se pueden obtener tres características fundamentales de la estrategia de Trump, la cual, a nuestro modo de ver, continuará en esta nueva etapa.
En primer lugar, la estrategia de Trump se ajusta a una estrategia que requiere la construcción y el mantenimiento de una fuerza militar y superior, lo cual incrementó significativamente el gasto de la defensa de los Estados Unidos (Oficina de la Secretaría de Defensa, 2018) Se trata de una defensa que debe extenderse a todos los campos y de abordar y prevenir todos los posibles ataques estratégicos, desde las amenazas terroristas hasta los ataques de «zonas grises» por parte de potencias rivales que desvanecen la conexión entre la guerra y la paz.
En segundo lugar, la estrategia del presidente electo se enfoca en la consolidación de la economía estadounidense. En resumen, según las palabras de Trump: «La protección económica es la protección nacional». De esta manera, la Casa Blanca se compromete a incrementar, preservar y proteger las ventajas competitivas de Estados Unidos en ciencia, tecnología e innovación que sirven como fundamento para expandir el poder militar de Estados Unidos, por ejemplo, cuando las tecnologías emergentes se convierten en armas avanzadas.
Según los Números de Seguro Social (NSS), es fundamental consolidar el sector manufacturero en Estados Unidos, ya que es la base industrial que ha crecido enormemente dependiente de las cadenas de suministro internacionales. En última instancia, Trump pretenderá proseguir con la negociación de las relaciones externas de los Estados Unidos. Esta etapa de la estrategia se centra en la consolidación de las relaciones comerciales con el objetivo de lograr reducidos déficits comerciales en Estados Unidos, uno de los principales temas de la gira de Trump por Asia en su mandato anterior.
La prioridad de Trump fue enfrentar las «acciones comerciales injustas», tales como la transferencia forzada de tecnología, los subsidios no industriales, o el respaldo de gobiernos a empresas estatales, entre otras acciones. Asimismo, como renegociación, continuará acercándose a democracias industrializadas como aliados, y considerar como candidatos a socios a los estados con ideas similares a las suyas. De esta forma, se pretende establecer una asociación de protección de los estados poderosos que amenazan su soberanía e independencia.
Estos esfuerzos contribuyen a asegurar la independencia y la libertad en relación con China, país que considera como «un rival estratégico» debido a que no solo desafía el poder y la influencia de los intereses de Estados Unidos, sino que también piensa que «intentan erosionar la seguridad y prosperidad estadounidense».
En consecuencia, de su mandato anterior, la diplomacia en su política exterior fue en cierto sentido desequilibrada y descentrada, por un lado, a veces fomentó la solidaridad internacional, mientras que pudo ignorar u ofrecer verbalmente intereses compartidos, o se implicó en la resolución de problemas y en la urgente necesidad de su validación concreta.
De sus nuevas intenciones
El expresidente y ahora relegido Donald Trump está listo para regresar a la Casa Blanca después de que se consolidó ganador en la carrera presidencial, derrotando a la vicepresidenta Kamala Harris. Con los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos definidos y el proyectado triunfo de Donald Trump, los ciudadanos ya se preparan para un nuevo mandato republicano.
Trump ha manifestado, incluso durante su campaña, que pondría fin a las «atrocidades del Green New Deal el día 1» si era reelegido, iniciativa de política pública para abordar el cambio climático presentada por la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez y el senador Ed Markey – nunca se convirtió en ley, aunque Trump ha utilizado el término para referirse en general a las políticas climáticas y energéticas de la administración Biden, como la histórica Ley de Reducción de la Inflación.
«Con el propósito de superar la inflación, mi estrategia terminará con el Nuevo Pacto Verde, el cual llamo la Nueva Estafa Verde». «La mayor estafa de la historia, quizás», dijo Trump durante unas palabras en el Club Económico de Nueva York en septiembre. «ReducIremos todos los fondos no depositados bajo la denominada Ley de Reducción de la Inflación».
Una de las principales promesas de campaña realizadas por el referente conservador es nada menos que la mayor deportación masiva de migrantes de la historia. Se prevé que Donald Trump convoque a agencias de todo el Gobierno de Estados Unidos con el fin de deportar a un número record de migrantes, debido a los esfuerzos de su primer mandato para aprovechar todos los recursos disponibles e impulsar a las jurisdicciones denominadas «santuario» para que colaboren, según algunos exfuncionarios y confederados de Trump.
Trump hizo hincapié en la victoria de las presidenciales de 2024, señalando a sus adversarios que Estados Unidos le había otorgado un «mandato poderoso y sin precedentes». Sus adversarios, además de aquellos que podrían formar parte de su segundo Gobierno, han anticipado que el líder republicano electo convocará a todos, desde el ejército estadounidense hasta los diplomáticos en el extranjero, con el fin de materializar su promesa electoral de deportaciones masivas.
El esfuerzo contemplaría la colaboración con los estados gobernados por los republicanos y el uso de fondos federales como defensa contra las jurisdicciones resistentes. Trump volvió a la Casa Blanca, anunciando una larga campaña contra la migración. La característica fundamental de su candidatura a la reelección fue la promesa de deportar a un número record de migrantes, una acción que el líder de la fórmula de Donald, JD Vance, señaló que podría expulsar a un millón de personas al año.
Protectores de las personas migrantes señalan que el esfuerzo de deportación de Trump sería costoso, polarizador e inhumano, lo cual ocasionaría separaciones familiares y destruiría comunidades. Se esforzó por incrementar las deportaciones durante su mandato desde 2017 hasta 2021. Con respecto a las expulsiones de personas migrantes y las devoluciones más rápidas a México por parte de los agentes fronterizos estadounidenses, Biden hizo caso a más personas en el año fiscal 2023 que cualquier año de Trump, según datos del Gobierno.
No obstante, una acción de deportación dirigida a millones requeriría aún más agentes, camas de detención y jueces de tribunales de inmigración. La organización de defensa de las personas migrantes en América Latina, señaló que el costo de deportar a 13 millones de personas que se encuentran en una situación administrativa no regulada en Estados Unidos se elevaría a US$968.000 millones durante una década.
Dado que el Gobierno de Trump podría beneficiarse de la experiencia adquirida durante su primer mandato, podría volver a contar con la rebeldía de los empleados del Gobierno ideológicamente opuestos, tales como los responsables que examinan a las personas migrantes en busca de asilo. La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles y diversos grupos de defensa de las personas migrantes se han estado preparando para enfrentar confrontaciones judiciales si Trump vuelve a examinar los límites de su autoridad legal.
Fuentes:
Alejandra Azcona Puig, El “efecto Trump” en la diplomacia: El caso del diferendo Estados Unidos vs. China. Universidad Pontificia, abril de 2018.
Reuters: https://www.larepublica.co/globoeconomia/el-plan-de-deportaciones-masivas-del-gobierno-de-trump-y-quien-quiere-impedirselo-3992965