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El cambio tecnológico y sus implicaciones sociales.

El cambio tecnológico y sus implicaciones sociales.

El cambio y la evolución social no es sólo un clásico en sociología, son el interminable interrogante del acontecer social. Para tratar de definirlo se puede comenzar con algunos comentarios como los siguientes: este concepto es fruto de operaciones de computación (equivalencia y diferencia) que fijan su semántica presuponiendo otros conceptos, tiempo (sucesión), acontecimientos (sucesión de diferencias), permanencia (del objeto que se predica el cambio).

Una aproximación conceptual al cambio social y al cambio tecnológico define el cambio social como toda sucesión de diferencias (atributos, determinaciones) de algo. Hablamos de cambio social cuando aplicamos tal concepto a cualquier fenómeno social. Se entiende por cambio tecnológico el avance en una tecnología, un incremento en el conocimiento técnico o en el conjunto disponible de técnicas.

La tecnología se entiende como el estudio sistemático de las técnicas para el diseño, producción y distribución de bienes y servicios. Se asocia con el desarrollo económico, hasta el punto que la tecnología se considera como una de las principales fuentes de poder público en las sociedades modernas.

Desde los enfoques descriptivos, la tecnología se concibe como una empresa autónoma que produce efectos o impactos en la sociedad. En esta línea de pensamiento, la sociedad, en tanto que conjunto de usuarios y artefactos, sólo puede aceptar o rechazar los productos tecnológicos en función de sus efectos o impactos.

La economía neoclásica parte de premisas como la racionalidad del consumidor, la maximización de la ganancia como norma de conducta empresarial, el equilibrio, el mercado libre y la disponibilidad de la información por parte de los agentes económicos. Desde este entramado conceptual, el cambio técnico es una consecuencia de la conducta maximizadora de los empresarios.

Éstos seleccionan aquellas tecnologías cuyo impacto socioeconómico conlleva una reducción del coste por unidad de producción. Esta perspectiva da cuenta de los procesos de difusión de la innovación, pero dice muy poco respecto a la generación de la innovación. Aunque la innovación puede afectar al sistema económico, éste no tiene la posibilidad de influir sobre aquélla.

Los enfoques prescriptivos hacen referencia al carácter valorativo de las investigaciones que se realizan sobre el impacto de la tecnología en la sociedad. El procedimiento para realizar una evaluación de tecnologías consiste en las siguientes fases: definir la labor de evaluación; describir los aspectos tecnológicos relevantes, incluyendo una previsión de los posibles desarrollos futuros; estudiar los factores no tecnológicos que probablemente influirán en el desarrollo de la tecnología; identificar las áreas de impacto (económicas, políticas, institucionales, sociales, tecnológicas, legales y ambientales); llevar a cabo un análisis de los efectos o impactos de carácter preliminar; identificar posibles alternativas de acción; llevar a cabo un análisis completo del impacto.

En otro tipo de enfoque, el determinismo tecnológico, la idea de que la tecnología es la fuerza motriz clave de la sociedad se remonta, al menos, a las primeras etapas de la revolución industrial. Según esta idea, conocida por los estudiosos del siglo XX, los cambios de la tecnología influyen en las sociedades en sus procesos más que cualquier otro factor. Por tanto, la tecnología y la ciencia son poderosos agentes de cambio social.

La tecnología como agente histórico

Esta idea es digna de señalar, ya que el pensamiento determinista arraigó cuando se comenzó a concebir la tecnología como agente histórico. Por tanto, el determinismo tecnológico plantea un tipo de explicación o relación causal entre tecnología y sociedad.

Esta relación causal obedece a tres principios:

  1. El determinismo es el postulado que dice que todo acontecimiento tiene una causa;
  2. La causalidad local significa que una causa siempre actúa sobre lo que es contiguo a ella, en espacio y tiempo; y
  3. La asimetría temporal significa que una causa debe preceder a su efecto, o por lo menos no sucederlo. Sin embargo, la fuerza del conservadurismo y la negación del cambio, han influido más en estos pueblos que los cambios tecnológicos acaecidos en las últimas décadas.

Estas reservas al determinismo tecnológico también se aprecian en el sentido de tratar de especificar hasta qué punto la tecnología determina la naturaleza del orden socioeconómico, mostrando que el cambio tecnológico sigue una secuencia más o menos ordenada de desarrollo e impone ciertas características sociales y políticas en la sociedad en la que se encuentra.

Adopta una postura blanda, porque ve un complejo escenario histórico en el que la tecnología, al tiempo que actúa sobre la sociedad, también refleja la influencia de las fuerzas socioeconómicas en su desarrollo. En última instancia, ve en la tecnología un poderoso factor mediador más que la influencia determinante en la historia. El determinismo tecnológico es, pues, especialmente un problema de una determinada época histórica – concretamente, la del alto capitalismo y bajo socialismo- en la que se han desatado las fuerzas del cambio técnico, pero en la que aún son rudimentarias las agencias para controlar u orientar la tecnología.

Otro enfoque a destacar sobre el cambio tecnológico y social se debe al estudio Técnica y Civilización que realiza Lewis Mumford en el que sitúa la tecnología en un contexto cultural más amplio y sostiene, de hecho, que la cultura precedió a la técnica en la evolución del hombre. Entendemos que para este autor los elementos ideativos preceden a los materiales, siempre las ideas irían delante de la técnica. Señala, entre otras cosas, que el monacato religioso y las guerras occidentales fueron las fuerzas que desencadenaron y difundieron las nuevas tecnologías y dieron lugar, finalmente, al surgimiento del capitalismo industrial moderno, con su énfasis en la racionalidad, la disciplina y el orden.

La preocupación se plantea por la amenaza que suponía el progreso tecnológico para el progreso social y espiritual. Sin embargo, la esperanza se basa en que las nuevas tecnologías del siglo XX, basadas en la ciencia, concilien las diferencias entre la máquina y el espíritu humano con la aparición de un mecanismo orgánico que ayude a la humanidad a desarrollar su máximo potencial.

A principios de la década de 1950, el optimismo inicial de Mumford se había convertido en una condena amarga y estridente de la perspectiva tecnocrática. Las sociedades industriales, en su lucha por los mercados finales, presionaban con fuerza para desarrollar capacidades tecnológicas que les dieran una ventaja y en ese proceso hacían de la máquina, y no de la condición humana, el rasero por el que se medía todo lo demás.

Estas son algunas pinceladas sin pretensiones de ser exhaustivo ni parten de un estudio completo de todas y cada una de ellas para poder apuntar la constatación de cómo los cambios tecnológicos, entre otros elementos, han influido en la dirección que ha tomado el cambio social, y por tanto, en la configuración de determinado tipo de sociedad, y cómo la tecnología afecta en parte a los valores sociales de cada sociedad y, en muchos casos, hace referencia a las preferencias personales y a las prioridades de los grupos sociales.

Fuente principal:

María José del Pino Espejo, Los efectos de la evolución tecnológica en la almazara cordobesa. aspectos tecno-económicos y socio-culturales, Universidad De Córdoba, Córdoba, Argentina, Julio 2006

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