El circo es una forma de entretenimiento teatral, generalmente dirigido a niños y jóvenes, y es también el nombre de la sala donde se desarrollan las representaciones circenses. Es una forma de arte itinerante con orígenes muy antiguos que presenta al público una variedad de actos y personajes sorprendentes.
Las representaciones de circo actuales suelen realizarse en una gran carpa decorada con adornos coloridos y alegres. Estos circos suelen salir de gira, visitando diferentes ciudades y ofreciendo espectáculos diversos.
Los circos aparecen todo el tiempo en nuestras ciudades o comunidades, y sus enormes estructuras son dignas de un arquitecto imaginario. Una gran carpa convierte el claro en un lugar de transformación, donde los animales aprenden habilidades humanas: hablan y se comunican, caminan sólo sobre sus patas delanteras y manejan hábilmente máquinas inventadas por humanos; se convierten en animales voladores o cuadrúpedos sin pelo que, si lo hacen, dejan de ser humanos, ven con máscaras que la realidad no es la que es: payasos que viven para hacer llorar cuando hace frío y reír a pesar de su tristeza. Este es un lugar mágico donde comprendemos plenamente la verdad.
Las funciones de circo siempre están guiadas por unas bases establecidas, y existen varios espectáculos que se han convertido en clásicos de su repertorio, como acrobacias ecuestres, caballos y elefantes, focas, perro, entre otras. actuaciones. Animales entrenados, por ejemplo, los domadores de leones y tigres siempre han estado entre los personajes más distintivos y atractivos del circo, aunque la práctica está prohibida en algunos países. Sin embargo, los espectáculos con animales eran sólo un pálido reflejo del circo romano, donde el poder salvaje de las bestias siempre se contrastaba con la inteligencia humana.
Génesis del circo
Tratar de rastrear el origen del circo debe remontarse al uso del cuerpo y la mente como instrumentos de entretenimiento tanto para nativos como para extraños; por lo tanto, se puede concluir que la historia del circo es tan antigua como la humanidad misma. Algunas fuentes comienzan a hablar de la historia del circo y revelan que el circo es casi tan antiguo como el desarrollo, la inteligencia y la evolución de la mente humana.
Eso es porque en última instancia, descubrimos que el circo fue y es expresión de diversas realidades y prácticas de la vida y existencia cotidiana humana, desde las más naturales hasta las más extrañas, y su principal característica es que la historia se cuenta a través de las capacidades del cuerpo humano. su perfección y la capacidad de aparecer en un mismo espacio que los une a todos.
El término circo puede derivar del latín circolo (círculo), que procede de las salas circulares en las que se realizaban diversas representaciones en el Imperio Romano a mediados del siglo III. Los edificios asociados a los circos de la época eran enormes (se estimaba que podían albergar a unos 300.000 espectadores, como el Circo Máximo de Roma) y su esplendor en el siglo IV d.C. estuvo en manos del emperador Constantino.
Los circos romanos eran espectáculos singulares, principalmente carreras de carros, pero también se podían ver peleas de animales, gladiadores y espectáculos de habilidad que se acercaban más a lo que hoy llamamos espectáculos circenses.
Aunque la etimología de la palabra se remonta alrededor del año 500 a.C., podemos encontrar una extensa historia de malabares, acrobacias y contorsiones, así como de comedias relacionadas con payasos en todos los rincones del mundo, que se remonta a más de 3.000 años.
El circo nació como una expresión dramática de antiguas prácticas sociales y rituales desde Egipto hasta América. Cada región desarrolló su propia forma de circo, algunos con trajes y máscaras coloridos, mientras que otros enfatizaban los atributos físicos de los artistas. Esta tradición fue transmitida de generación en generación, se representó en ferias y mercados medievales, hasta que nació el carácter moderno del circo, donde los herederos de antiguas tradiciones en innumerables rincones saben defender y reproducir su cultura.
Encontraremos una de las evidencias más antiguas del arte circense en Egipto, concretamente en la tumba de Ben Hassan, que data aproximadamente del año 2040 a.C. También se encuentran varias tallas humanas y exhibiciones acrobáticas, y son comunes las exhibiciones de animales del centro del continente.
En cuanto a China, el circo en la región, especialmente las disciplinas acrobáticas, nació bajo el paraguas de la caza y se convertiría en una habilidad imprescindible para que los futuros cazadores triunfaran. La idea se basa en hallazgos antropológicos de unos pilares tallados con diferentes ejercicios, posiciones y movimientos de las figuras en un ambiente de caza. Para los chinos, las acrobacias y los ejercicios físicos muy complejos, incluidos los realizados a caballo, se encuentran entre las formas más primitivas de expresión artística descubiertas por el hombre.
En Latinoamérica también podemos encontrar una gran cantidad de ancestros del arte circense en culturas y pueblos muy antiguos. Uno de los hallazgos más importantes relacionados con la aptitud física a través de la flexibilidad y la acrobacia es la figura olmeca del “Acróbata” procedente de Tlatilco, que data del 800 a.C.
Por otro lado, existen tradiciones y rituales que pueden asociarse al circo por su espectacularidad y dificultad de ejecución que continúan hasta el día de hoy, como el ejemplo de los «Voladores de Papantla» de Veracruz, donde cuelgan ellos mismos con una cuerda, un mástil de 20 metros, luego bajado y girado para completar 13 vueltas, un número ceremonial en su cultura.
El circo clásico
Hay pocos precedentes del circo después de los primeros siglos romanos, pero sí sabemos que el circo no desapareció, sino que evolucionó, cambió y amplió su influencia. Así, diversos grupos nómadas viajaron por diferentes ciudades de Europa Central en la Edad Media, cautivando al público con sus habilidades y actuaciones.
Primero, porque practicaban diversos actos en plazas públicas donde era común el juego, estaban directamente relacionados con el fraude y el robo. Pero con el tiempo, lo impresionante de sus registros y acciones creció y se convirtió en el principal atractivo de los pequeños asentamientos donde se instalaban.
En este contexto surgió la famosa figura denominada “saltimbanqui”, que es el nombre que se le da a quienes saltan y maniobran sobre las gradas o bancos que utilizaban los prestamistas en plazas y centros de conferencias. Posteriormente, con el crecimiento y desarrollo del teatro, se fueron sumando diversos programas, como espectáculos de títeres, mimos y cuentacuentos.
En 1634, en América Latina, podemos ver indirectamente la historia de la existencia de los “Volatinos”, término conocido como los trapecistas de la época. Los datos provienen de registros eclesiásticos que documentan un milagro realizado por Nuestra Señora de San Juan de los Lagos en 1623 en una niña que formaba parte de una familia de dragones que llegó desde la Península Ibérica hasta la Nueva España.
Posteriormente, en el siglo XVII, aprovechando las construcciones coloniales de los cuadrantes, el patio central de la manzana fue utilizado para albergar diversas funciones circenses y recibió el nombre de «Maromas», creándose un lugar de encuentro popular para todos aquellos que quisieran ver la sala de Maravíllate ante el virtuosismo de los pioneros del circo. Este escenario contó con las actuaciones de los queridos personajes «burlescos», cuya sátira, vestuario y actuaciones tenían como objetivo hacer reír, y fueron claramente los precursores de los payasos modernos.
Llegamos aquí al punto de inflexión más importante en el viaje del circo tradicional al moderno, que sin duda se remonta al descubrimiento de Philip Astley en Londres en 1768, donde demostró que, de pie sobre el trasero de un caballo, un hombre podía mantener un perfecto equilibrio mientras Los animales galopaban en círculo. Esto es el resultado de la fuerza centrífuga.
La aprobación del ex ayudante de caballería abre la clásica pista de 13 metros, la distancia exacta en la que galopan los caballos, creando un efecto centrífugo para el giro del artista. Esto dio paso a instalaciones escénicas al aire libre dirigidas por Astley, quien poco a poco fue añadiendo diversas actividades artísticas relacionadas con el circo.
A finales del siglo XVIII, a diferencia de Gran Bretaña, el circo no logró ganarse a la nobleza y siguió siendo una forma marginal de entretenimiento; sin embargo, en Europa continental, especialmente en Francia, el circo alcanzó una grandeza extraordinaria y atrajo a la élite de la clase alta. En la República, acudieron en gran número a la lujosa caja de perfumes del Circo Fernando, que albergaba al famoso payaso Fratellini.
Ya a mediados del siglo XIX, el circo echó raíces en tiendas de lona en el territorio de los actuales Estados Unidos. Esta innovación en las representaciones circenses fue el rápido desmontaje y montaje de enormes estructuras, que, por un lado, podían albergar al máximo número de espectadores y al mismo tiempo garantizar la seguridad de varios animales exóticos que eran el emblema de la caravana.
A principios de la década de los 70, el empresario P. T. Barnum dejó una impresión duradera en los circos norteamericanos, que se caracterizaban por sus escenarios fastuosos y masivos, lo que se reflejó por primera vez en la incorporación más pistas al circo; es decir, el escenario ahora tenía dos actos, para que se pudieran ver al mismo tiempo, luego se añadió un tercer acto, con lo cual se le llamó; «El mayor espectáculo del mundo».
En el siglo XX y lo que va corrido del siglo XXI, el circo se ha convertido en una parte permanente del paisaje familiar tanto en las ciudades grandes como en las pequeñas. Algunos de los espectáculos más reconocidos y populares se montaban en lugares fijos, y los circos ambulantes confiaban en la enorme escala de la locomotora como aliada para transportar las estructuras necesarias para sus espectáculos. En este contexto, el circo se transformó gracias a las contribuciones de las culturas circenses claves, la digital y la tecnología.
No hay duda de que los rusos contribuyeron a la introducción de aparatos resultantes del desarrollo de la gimnasia rítmica. En lo que respecta a la acrobacia, los chinos han establecido el estándar de creatividad artística en este campo. Los españoles destacaron en los espectáculos aéreos con sus canoas, mientras que los americanos aportaron innovación tecnológica en el montaje estructural, sentando las bases de lo que llamamos la industria del entretenimiento.
Han pasado varios años desde que el circo floreció oficialmente, por lo que la forma más eficaz y popular de promover la industria en ese momento era reconocer la tecnología y el legado de generaciones. De esta manera, los distintos circos agregaron nuevos miembros a lo largo de los años, a menudo como resultado de décadas de espectáculos en gira, por lo que las relaciones entre los distintos miembros florecieron dentro del contexto del circo. Los circos que supieron desarrollarse mejor se convirtieron en auténticas dinastías, creando una reputación de origen para los jóvenes artistas que poco a poco se fueron incorporando al espectáculo.
Fuente principal:
Adrián González, La carpa multicolor: El circo como herramienta de Promoción de la interculturalidad. Universidad de Valladolid, Universidad de león, Universidad de Salamanca, 2015