El dinero es el conjunto de bienes o activos de una economía que se utiliza como medio de pago por los agentes económicos para el intercambio de bienes y servicios, además de ser una unidad de cuenta, ya que, permite establecer los precios de esos bienes y servicios, y, un depósito de valor, conservándolo en el tiempo, permitiendo transferir la capacidad para comprar bienes y servicios a lo largo del tiempo y posibilitando el ahorro.
Desde hace siglos, el dinero en efectivo, en monedas y billetes, se ha utilizado en las transacciones económicas como medición del valor en los intercambios de bienes y servicios, pero, el análisis de la trayectoria de este concepto precisa hacer referencia a su antecesor: el trueque, entendiéndose este como un intercambio libre de bienes materiales o servicios entre individuos, en el que el dinero no representa una medida de valor en la transacción.
El trueque ha sido una práctica natural del ser humano desde el período neolítico, pero es oportuno mencionar las diversas desventajas que se presentan al comerciar con este medio: cuantitativas, temporales y espaciales, que han hecho necesario encontrar un bien de referencia duradero, divisible, fácilmente transportable y con un valor establecido que facilitará la actividad mercantil: los metales preciosos, en especial el oro y la plata.
En principio, se utilizaban metales como el oro y la plata, ya que, no se deterioraban con el tiempo, tenían la ventaja de poder transportarse fácilmente, y, además, era posible hacer una división en función del peso para facilitar los pagos. Uno de los inconvenientes de este método era el falseado con aleaciones de oro y plata en otros metales, por tanto, las autoridades acuñaron monedas de oro y plata imprimiendo un sello que garantizaba su peso y legalidad.
Origenes
El uso de la moneda se generalizó rápidamente, llegando a ser imprescindible para todas las actividades comerciales. En el caso de los billetes, el movimiento del papel moneda, tiene su origen en la creación de certificados nominales que acreditaban la posesión de los metales preciosos.
Es necesario mencionar a la banca, dado que, los orfebres eran los que custodiaban el oro y la plata de los individuos a cambio de los certificados nominales, cobrando comisiones por dicho resguardo. Como vemos, el dinero ha sufrido una evolución importante, en la que su trayectoria refleja la historia del intercambio comercial de la humanidad.
Históricamente, el concepto explícito del dinero tiene su origen etimológico en el vocablo latino denarius, una antigua moneda romana de plata acuñada entre los años 360 a.C. y 268 a.C., pero, las primeras monedas que se conocen se acuñaron en el reino asiático de Lidia en el siglo VII a.C. Años más tarde, estas monedas se perfeccionaron dibujando en ellas símbolos en forma de animales y dioses, siendo el motivo del estampado más común, el león, como símbolo de la realeza.
Los metales preciosos dieron paso a otras aleaciones más baratas y fáciles de obtener y al papel moneda, que se emitió en China en el siglo VII d.C. Sin embargo, no fue hasta los siglos XVI y XVII cuando apareció este sistema de pago en Europa y en otras partes de occidente. Los primeros billetes aparecieron en Suecia en el siglo XVII, y su valor se establecía por la confianza, conocido como sistema fiduciario, es decir, no había una contrapartida en un metal noble, ni en un valor intrínseco.
En el siglo XIX se adoptó de manera gradual el patrón oro, mediante el cual, el valor del dinero se determinaba a escala global mediante un bien común: el oro. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se estableció un sistema financiero en el acuerdo de Bretton Woods, en el cual se decretó que todas las divisas serían convertibles por dólares estadounidenses, y solo este sería convertible en lingotes de oro.
Durante varios años, el sistema fiduciario coexistió con el patrón oro, hasta que, tras muchos años de decadencia, este último llegó a su fin en el siglo XX, cuando Estados Unidos canceló unilateralmente la convertibilidad del dinero en oro, dando fin al acuerdo de Bretton Woods.
A partir de ese momento, el dinero no podía canjearse por reservas de oro del banco central respectivo, sino que únicamente tenía el valor que le diera la economía que lo sustentara, por tanto, comienza una etapa caracterizada por la existencia del dinero inorgánico, respaldada por instituciones financieras y Estados que afianzan su valor. En el caso del Euro, su valor está respaldado por el Banco Central Europeo.
Las relaciones actuales del dinero
En la actualidad, el dinero puede crearse de acuerdo a dos procedimientos: el dinero legal y el dinero bancario. El dinero legal es emitido por el Banco Central o casas de monedas de ciertos países, en forma de monedas y billetes de curso legal. Por otro lado, el dinero bancario es aquel que los particulares depositan en una entidad financiera o bancaria privada.
Existen varios tipos de dinero bancario: depósitos a la vista, depósitos de ahorro y depósitos a plazo fijo. La suma de ambos es la oferta monetaria, que equivale a la cantidad de dinero que circula en una economía, pero, con la digitalización de la sociedad, han surgido diversos medios de pago electrónicos que debemos tener en cuenta para el análisis de la oferta monetaria y que cada vez gozan de mayor popularidad.
El dinero electrónico, también conocido como e-money o dinero digital, no existe de manera física, sino que se emite de forma electrónica, a través de la utilización de una red de ordenadores, internet y sistemas de valores digitalmente almacenados, o, también puede ser un medio de pago digital equivalente a una determinada moneda.
El dinero digital se utiliza para hacer transacciones a través de diferentes medios de carácter digital, es decir, es un instrumento financiero, que nos permite realizar pagos y transferencias con un dispositivo electrónico. Este sistema ha sufrido un auge en los últimos años propiciado por los avances tecnológicos, que permiten efectuar transacciones más seguras, rápidas y eficientes. Son múltiples los beneficios del dinero electrónico, entre ellos podemos destacar:
- La reducción del coste ambiental de producir los billetes y las monedas
- Su forma más ecológica
- No requiere el uso de transporte
- Facilidad en el procesamiento de los documentos legales
- Ahorro en el mantenimiento de los cajeros automáticos
- La disminución de costes, atribuido al cierre de oficinas bancarias.
Debido a las ventajas que brinda a los usuarios, la tendencia global de los sistemas de pago está modificándose a una velocidad vertiginosa. Son muchos los países que apuestan por un modelo de pago únicamente electrónico, llevando a cabo medidas para abolir el dinero en efectivo en intercambios económicos personales, comerciales o financieros.
Actualmente, Europa cuenta con los medios y la tecnología para efectuar pagos a través de dispositivos electrónicos, por lo tanto, el dinero en efectivo será cada vez menos utilizado por la sociedad. Asimismo, en otros países de referencia como Estados Unidos, China, e incluso Kenia, podemos observar una tendencia acusada de este fenómeno.
Bajo estas referencias, el tránsito del trueque a la moneda fue toda una revolución monetaria en la historia de la humanidad. Actualmente, podemos decir, que estamos viviendo una segunda revolución monetaria, en la que el impacto de la entrada en una era digital se está viendo reflejada con un cambio significativo en la trayectoria del dinero. La historia del dinero continúa escribiéndose cada día y la sociedad se inquieta en imaginar cómo sería este mundo sin dinero en efectivo.
Fuente principal:
Jiménez González, Carla. ¿EL FIN DEL DINERO FÍSICO?, Facultad De Economía, Empresa Y Turismo, Universidad de la Laguna, San Cristóbal de La Laguna a 20 de abril de 2020, España.