El estigma en salud mental se instauró con la creación de los manicomios, tras la etiqueta de “loco” al atribuirle anormalidad a la persona con algún padecimiento mental. Por ello, la comunidad comenzará con el miedo y marginación hacia los mismos considerándolos insanos. A partir del año 1950, comenzaron a distribuirse los fármacos antipsicóticos, generando que los centros de salud psiquiátricos empiecen a ceder tras estar colapsada su capacidad de atención.
A mediado de los años 60’, en Europa surge el movimiento anti psiquiátrico que promueve el cierre de los manicomios, otorgándole una mayor entidad al enfermo. Como postulados principales, el movimiento refiere a la familia como responsables del padecimiento mental de la persona, niega la existencia real de la enfermedad y cuestiona la eficacia de los psicofármacos.
A su vez, se promulgó una reforma psiquiátrica que consistía principalmente en la creación de redes para atención y prevención en salud mental, el cierre definitivo de los manicomios, fomentar servicios comunitarios, participación multidisciplinaria de profesionales y la re-estructuración de criterios diagnósticos tradicionales.
Para poder lograr dichos objetivos tras la reforma, fue fundamental involucrar las familias y la propia comunidad. Se comenzó a hablar de salud mental teniendo cuenta no sólo la connotación de hombre enfermo, sino de hombre biopsicosocial desde una perspectiva integral.
De esta forma, se logra la reinserción social de los pacientes en la sociedad y de erradicar la idea de que aislando a los pacientes con padecimiento mental era la única forma de curarlos. Así, se logra una descentralización de la atención, iniciándose un giro de la percepción social con respecto a la salud mental, dejando de lado prejuicio y la exclusión, luchando contra el propio estigma social.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, en el mundo prevalecen más de 450 millones de personas con un diagnóstico de trastorno mental o de la conducta. Estudiar el estigma que presentan las personas con trastornos mentales es fundamental por todos los efectos que produce, cómo el aislamiento y la privación de la participación en diversos contextos comunitarios y sociales.
A su vez, el estigma produce efectos penosos en diversas áreas de la persona cómo el empleo, ingresos y vivienda que afecta en la calidad de vida, satisfacción y en el bienestar integral. El sociólogo Bruce Link postula la “teoría del etiquetamiento” dónde refiere que todas las personas, por medio del lenguaje, adquieren significaciones respecto a quienes padecen de algún trastorno mental. De esta forma, se transforman en etiquetas generando estigmatización y discriminación en los mismos.
Las personas con un trastorno mental viven con otros en la familia o en establecimientos, con barreras sociales y dificultades en los que el estigma es generalizado. Se evidencian expresiones de rechazo y discriminación hacia este grupo de pacientes, lo que impacta negativamente en su recuperación más que promoverla.
Tipos de estigma
Diversas investigaciones señalan que el estigma puede clasificarse en diversos tipos: auto-estigma, estigma en la familia, estigma público, y el estigma institucional. Este último refiere a aquel conformado por equipos de salud y sus profesionales, dónde también se podría incluir a los estudiantes que se encuentran en proceso de formación.
Es fundamental eliminar el paternalismo por parte de los profesionales de la salud respecto a estos pacientes. Se debe otorgarles mayor información respecto de su cuadro clínico, un trato de igual a igual que les permitirá un mejor pronóstico en el tiempo, adherencia al tratamiento y una mejor relación médico-paciente.
Los trastornos mentales les presentan diversos desafíos a las personas. Por un lado, se enfrentan al impacto que la enfermedad ha tenido en la vida de y en sus diversos contextos, y, por otro lado, con el estrés del rechazo y desaprobación individual y social. Prevalece una tendencia a asociar a las personas con enfermedades mentales con instituciones específicas para ellos, como centros psiquiátricos y otras organizaciones, que conllevan a una gran marginación social.
También, una de las principales consecuencias derivadas se centra en el denominado auto-estigma, que es enfrentarse al auto-rechazo provocado por el trastorno mental que padecen. Las personas internalizan los estereotipos que la sociedad crea sobre su condición y los interpretan como verdaderos.
Lo que produce principalmente es la afección a la autoestima del paciente, dónde prevalecen sentimientos de vergüenza o miedo que los imposibilita de hablar sobre su situación e impidiendo acceso a servicios y profesionales. También, genera evitación en la interacción con el entorno dificultando sus relaciones interpersonales, afectando su propia esfera social.
Un modelo explicativo enfatiza en las relaciones entre el estigma internalizado, la recuperación y los resultados de las intervenciones. A los síntomas y factores de autoestima, incorporan la conciencia de enfermedad, desesperanza y afrontamiento, dónde se corrobora que el estigma internalizado aumenta conductas de evitación y síntomas depresivos. Por ello, padecen dificultades en diversos entornos sociales, dónde no son comprendidos ni tampoco cuentan con apoyo sólido.
Diversas investigaciones actuales, han demostrado que existen diversos estereotipos vinculados a las enfermedades mentales tales como su peligrosidad, su ineficacia para realizar tareas básicas, falta de control, entre otros. Fomentar el reconocimiento del paciente como persona es fundamental para una atención de la salud eficiente y digna, y es por ello que el estigma contra la enfermedad mental es una prioridad en la salud pública mundial, por lo que es justificable y requiere una fuerte inversión tanto de autoridades como de toda la sociedad.
Se pueden ejemplificar diversas estrategias de afrontamiento, cómo, por ejemplo, el acercamiento a familiares, en búsqueda de apoyo y consolidación de vínculos. También, se evidencia la proximidad a personas con el mismo diagnóstico clínico o que presentan situaciones parecidas de estigmatización. Las personas con trastornos mentales se encuentran vinculadas a problemas de violencia o peligrosidad, atribuyéndolo a una de las causas por las cuales son marginados socialmente por el resto.
Un estudio reciente investigó en pacientes con trastornos mentales que atribuyeron sus causas a problemáticas relacionales y contextuales. Los mismos manifestaron que la familia, la sociedad, la marginación, la incomprensión son sus causas principales del padecimiento psíquico. Las personas con trastornos mentales se manifiestan cómo un grupo social al que se dirige cierto rechazo, vinculados a un proceso de estigmatización, así como también de comportamientos negativos y prejuicios.
La atención que brindan los hospitales psiquiátricos no es eficiente para la rehabilitación del propio paciente, lo cual genera tener que pensar una nueva reestructuración de la atención brindada. Hay que fomentar la reinserción social a través de la propia comunidad, aunque el estigma sea un gran obstáculo en dicho objetivo.
Es importante destacar el rol y la relevancia de los medios de comunicación, dónde suelen influenciar directamente en una imagen desbastadora de la gente hacia los trastornos mentales. Fomentan prejuicios en la opinión pública, a través de titulares y noticias, mortificando los pocos casos en los que una persona ha sido agredido por otra persona con algún padecimiento psíquico.
También, los trastornos psicóticos presentan mayor nivel de estigma a diferencia de los trastornos por el estado de ánimo. Los trastornos del estado de ánimo presentan más prevalencia en la población y se encuentran más naturalizados, a diferencia de los trastornos psicóticos por el grado de disrupción en las conductas que generan los mismos.
El etiquetamiento refiere a una acción negativa que impone la sociedad a las personas a partir de un diagnóstico médico, imponiendo marginación para aquellos que padecen un trastorno mental. La persona estigmatizada se enfrenta a un proceso de des-subjetivación. Se tiende a homogeneizar a todos aquellos que presentan algún padecimiento psíquico, sin comprender su cuadro clínico en función de la subjetividad de cada uno. De esta forma, los excluye manteniéndolos en una pasividad respecto al diagnóstico, tratamiento y rehabilitación.
Problemáticas asociadas
Las personas que padecen algún trastorno mental presentan miedo y descrédito por parte de los otros, originados en una visión errónea de lo que son los mismos. Por ello, se les impide el ingreso digno al mercado laboral o la adquisición de una vivienda propia, que los termina afecta en su calidad de vida, no pudiendo buscar ayuda por temor a cómo pueden reaccionar los otros.
Cuando la sociedad presenta estereotipos y prejuicios negativos hacia una persona con algún diagnóstico en materia de salud mental, se produce el estigma. Al no generarse una buena reinserción para quienes padecen de algún trastorno mental, se les niega acceso a adquirir derechos y estabilidad económica. A su vez, tampoco presentan un tratamiento adecuado en el tiempo.
Es fundamental considerar el suicidio en dichos pacientes. Las personas que padecen algún trastorno mental son más vulnerables ante la realización de estos actos, debido a los estigmas establecidos y las creencias instauradas en la sociedad. En las personas con trastornos mentales en la prevalencia del suicido es el complejo estigma-marginación. Las confluencias de los mismos en los trastornos mentales pueden desencadenar en conductas e ideas suicidas por afección en la propia autoestima del paciente, así como en la incapacidad de poder pedir ayuda.
La urbanización de las últimas décadas ha aumentado la densidad en la población de las diferentes ciudades, dónde es probable que las personas no sean tolerantes a conductas disruptivas que puedan generar una persona con algún padecimiento mental. Los mismos podrán acceder a una asistencia digna teniendo en cuenta la percepción de las autoridades y la población en general. Si son percibidos con peligrosidad y mal pronóstico, habrá dificultades en el establecimiento de servicios de salud mental para acceder dignamente en las diversas comunidades.
Fuente principal:
Federico Zuber. La incidencia de estigma y marginación en personas con trastornos mentales. Universidad Católica de Argentina, Facultad De Psicología Y Psicopedagogía, Buenos Aires, abril 2022.