La filatelia es el arte que trata del conocimiento de los sellos principalmente de los de Correos. La palabra procede del griego “philos” que quiere decir amigo y de “telos” que quiere decir tributo. El arte de la filatelia no consiste solamente en reunir sellos, sino también en coleccionar objetos varios concernientes a los mismos, por ejemplo, cartas, documentos y objetos relacionados con la historia del correo.
En los sellos queda representada parte de la historia nacional o regional de los países mediante figuras de personajes ilustres, monumentos, pinturas, flora, fauna, historia postal, etc., asuntos de interés para los coleccionistas (filatelistas) y las personas involucradas en esta materia.
En 1864 un coleccionista francés llamado G. Herpim, propuso en una de las primeras revistas dedicada a la filatelia Collectionneur de timbres poste, debatir el nombre con el que designar esta novedosa afición, que hasta entonces se llamaba con nombres muy diversos: timbrofilia, sellografía, sellofilia, entre otros.
Herpin defendió el término filatelia, que proviene de las palabras griegas philos, amigo o amante, y ateles, exento de gastos de porte por haber sido pagados previamente. Su propuesta tuvo éxito y rápidamente se generalizó en todo el mundo, traduciéndose a los distintos idiomas.
La Real Academia Española aceptó oficialmente el término filatelia en 1922 y desde entonces aparece en el diccionario de la lengua. La persona que colecciona sellos se conoce como filatelista, aunque hay quienes les llaman filatélicos. El filatelista o filatélico, de este modo, se dedica a comprar, vender, intercambiar y estudiar sellos postales.
El valor de estos sellos puede radicar en su antigüedad, su disponibilidad, su diseño, etc. Hay filatelistas que desarrollan colecciones especializadas, juntando estampillas de una nación, de una época o de un motivo específico.
En la actualidad, a nivel mundial, el uso de sellos postales ha disminuido, pero no es cierto que su uso haya desaparecido.
Simplemente es que el uso de correspondencia ha crecido a volúmenes tan grandes, que el uso de estampillas en la correspondencia ha pasado a ser un pequeño porcentaje del total de correspondencia transportada por las empresas de correos, dando la sensación de un uso muy menor de ellas.
Pero el uso de estampillas sigue siendo importante en muchos países del mundo, y su uso es más intensivo en los países del primer mundo.
Breve historia de la filatelia
La creación de los sellos se le atribuye a un maestro de escuela inglés, Rowland Hill, progresista y emprendedor. Propuso al gobierno un plan para pago previo del transporte postal mediante sellos o estampillas adheridas, que fue aceptado, poniéndose en circulación los primeros el 6 de mayo de 1840.
Los primeros fueron una negra de un penique (hoy el más famoso conocido como penny black) y otro azul de dos peniques, ambos con la esfinge de la Reina Victoria.
Se inventó como una forma de cobrar a la persona que escribía la carta el costo del traslado de la misma de un lugar a otro. Enseguida muchos países siguieron el ejemplo de Gran Bretaña y comenzaron a lanzar sus propias emisiones.
Apenas un año después de la creación del Penny Black, empezó el desarrollo de la filatelia. Poco a poco, los coleccionistas comenzaron a publicar avisos en los periódicos solicitando sellos para enriquecer sus acervos.
La afición por coleccionar sellos de correos empezó poco después de la introducción de los primeros sellos para el franqueo. En el mismo 1840, se puede decir que el primer coleccionista de sellos fue el doctor John Edward Gray, oficial del Museo Británico.
Formas de coleccionar
Para comenzar la colección, se debe tratar de conseguir el mayor número de estampillas o sellos por intermedio de amigos y familiares que reciben correspondencia todavía o que lo han hecho en el pasado y conservan los sobres de la correspondencia. No se deben desprender directamente; más bien se recorta el pedazo de sobre dejando por lo menos dos centímetros alrededor de la estampilla.
En un principio no se recomienda comprar las estampillas, a fin de ganar experiencia para decidir qué y cómo coleccionar. Para despegar las estampillas de los sobres recortados, sumérjalas en un recipiente con agua tibia a la cual se agrega un poco de sal y unas gotas de limón a fin de conservar los colores y se dejan 15 o 20 minutos cuando los sellos comienzan a desprenderse del papel.
Luego de despegadas se ponen a secar en toallas de tela o de papel u hojas de papel periódico limpias con la figura hacia abajo para que no se peguen nuevamente. Posteriormente (12 horas después), una vez estén secas las estampillas, se procede a clasificarlas según el motivo o temas, desechando las defectuosas, rotas, arrugadas, muy mataselladas, manchadas, sin dientes y raspadas.
Existen muy diversas formas de iniciar una colección de sellos. Las principales suelen ser dos: por países o por materias, esto es:
1. Por países: Agrupando los sellos por países. España, Francia, Italia, entre otros.
2. Por motivos o materias: Se agrupan los sellos por las distintas materias: Animales, Deportes, Personajes, Arte, Mariposas, Trenes, entre otros temas.
Aparte de las dos reseñadas, hay quien colecciona también sellos en “hojas bloque”, sobres del primer día, sobres raros, entre otros.
Materiales que se deben usar para coleccionar sellos
1. Cuadernos o Clasificadores. Los cuadernos pueden utilizarse para pegar sellos usados, agrupándolos como mejor convenga, y los clasificadores suelen utilizarse para los sellos nuevos, o sellos que no se quieran pegar. (Hoy hay clasificadores baratos, para no tener que pegar los sellos)
2. Álbumes u hojas. Los venden en las filatelias y son muy variados, según el país o tema que interese, o las hojas con o sin dibujos, hay mucha variedad.
3. Tijeras. Son imprescindibles para recortar el sello antes de despegarlo. Las mismas que utilizas para el colegio te sirven.
4. Lupa. También es imprescindible, pues en muchos sellos el texto aparece con letra tan pequeña que es muy difícil leerla si no es con la lupa. Igual pasa con el año de emisión y otros datos que aparecen en la mayoría de los sellos.
5. Pinzas. Pueden servir unas pinzas de las que utiliza mamá para depilarse, o comprarse unas específicas en la filatelia.
6. Fija sellos. También llamados charnelas, y son hojitas engomadas que humedeciéndolas sirven para fijar los sellos en el álbum o en el cuaderno. No recomendables en los sellos nuevos, pues pierden valor los sellos y además se estropean un poco.
7. Catálogos. Los catálogos son muy recomendables, los hay de muchos países, así como un catálogo internacional de Yvert et Tellier (pero este es muy caro) Para comenzar una colección el catálogo puede ser muy útil pero no es imprescindible.
8. Filo estuches. Son fundas de plástico que se pegan en el álbum y en las que se mete el sello para que no se estropee. Hay de muchos tamaños y tienen abertura por dos o tres lados. Se utilizan para los sellos nuevos.
Además de las cosas citadas existen otras pero que no son imprescindibles, como son: el odontómetro (para medir los sellos), entre otros elementos.
La filatelia está considerada por muchos como un pasatiempo, es también un medio de aprendizaje, ya que por medio de ellos se puede conocer:
- Parte de la historia y evolución política mundial o del país del que proceden.
- A los gobernantes y políticos de un país, en una época determinada.
- Personajes famosos como: pintores y sus cuadros, escritores y sus obras, investigadores y sus descubrimientos.
- Monumentos, castillos, monasterios y catedrales, indicándonos la cuidad en la que están.
- Fauna y la flora, minerales, trajes típicos, escudos, fiestas populares, entre otros.
Fuente Principal:
Francisco Pelegrina, Breve Manual De Filatelia, Granada España, 2005
Tengo sellos postales y monedas de plata y vendo