En un punto de los grandes misterios de la naturaleza en que alternan los árboles y las aves, la variedad de las plantas, los montes, las fuentes y los ríos, irrumpe de pronto el fuego como un fenómeno ajeno a esa realidad, indomable y terrible, capaz de devorar bosques enteros y de convertir en cenizas el menor vestigio de vida.
Hacer y controlar el fuego supuso un antes y después para el desarrollo del ser humano. Gracias al fuego el hombre pudo calentarse, generar luz, cocinar, fabricar pequeños utensilios e incluso defenderse de ataques.
Llamamos fuego al conjunto de partículas o moléculas incandescentes de materia combustible, capaces de emitir calor y luz visible, producto de una reacción química de oxidación acelerada. Las llamas son las partes del fuego que emiten luz visible, mientras que el humo son físicamente las mismas pero que ya no la emiten.
Las llamas consisten principalmente en dióxido de carbono, vapor de agua, oxígeno y nitrógeno. La temperatura y el color de la llama dependen del tipo de gases desprendidos durante el proceso de combustión. La madera, al arder, genera llamas anaranjadas, rojas y amarillas. Los hidrocarburos, en cambio, suelen producir llamas azuladas.
Breve historia
Desde épocas lejanas y aun cuando surgen las altas culturas, el fuego es mirado como una revelación de la divinidad, como una fuerza de purificación o como un símbolo de integración humana. Cuando los primeros seres humanos abandonan África, llevan el fuego consigo. Sin embargo, el fuego que usaban los australopitecos fue conseguido probablemente de algún incendio.
Los restos más antiguos de hogueras encendidas por el hombre, se encuentran en los yacimientos keniatas de Koobi Fora y Chesowanja, y en los etíopes de Bodo y Gaded. No eran propiamente seres humanos como nosotros, sino nuestros antepasados.
Los australopitecos, que tenían aún un cerebro muy pequeño y andaban semierguidos como algunos simios, fueron quienes descubrieron el fuego. Según las investigaciones arqueológicas, fue la especie Homo Erectus quien descubrió el fuego, es decir el fuego se descubrió hace 1.6 millones de años. Por aquel entonces, nuestros antepasados los utilizaban como armas de fuego, una herramienta que ayudaba a la supervivencia.
Cómo se hacía el fuego
El valor cultural del fuego en el desarrollo del hombre es incalculable. Los antropólogos creen que el ser humano tomó conciencia de su superioridad sobre los demás animales al dominar el fuego. Cuando el hombre descubrió cómo generarlo, comenzó a utilizarlo para producir calor y defenderse, ya que los animales huyen de las llamas. En aquellos tiempos podía conseguirse de dos maneras:
- Por frotamiento entre dos objetos, haciendo que el calor obtenido produzca la ignición
- Por percusión, golpeando, por ejemplo, dos piedras de pedernal de las que saltan chispas.
Poco más adelante las técnicas de obtención del fuego se dividen en tres categorías:
La fricción circular: El fuego se obtiene por rotación de una varilla de madera dura introducida en una cavidad hecha en un trozo de madera más blanda. El movimiento de rotación rápido, que se le imprime a la varilla directamente con las palmas de las manos, o indirectamente con la ayuda de una correa. Produce un calentamiento suficiente para encender los materiales combustibles.
La fricción oblicua-posada: Es una técnica por fricción. Emplea la frotación o la aserradura continua de un trozo de madera con otro trozo de madera generalmente más duro. El calor producido de esta manera es transmitido a una materia fácilmente inflamable. Las formas modernas de esta técnica son las cerillas químicas o el encendedor.
La percusión oblicua-posada: Emplea la proyección de chispas sobre una materia fácilmente inflamable: estopa, hojas secas, etcétera. Con la ayuda de piedras duras, (cuarzo, sílex) que se golpean contra otras piedras duras o contra nódulos metálicos (piritas de fierro).
Fuentes:
- fundacionaquae.org
- curiosfera-historia.com
- sisbib.unmsm.edu.pe