El realismo mágico literario surgió en América Latina conformado por elementos que, en su momento, buscaron dar nuevos rumbos a la escritura literaria, aunque alcanzó su apogeo entre 1960 y 1970, cuando coincidió con la generación del boom latinoamericano.
El concepto de realismo mágico fue utilizado por primera vez por el crítico alemán Franz Roh en 1925, quien acudió a esa denominación para referirse a una pintura que mostraba una realidad alterada. Dicho concepto se volvió más común cuando el venezolano Arturo Uslar Petri lo utilizó para describir la obra de ciertos escritores latinoamericanos.
Uno de los principales elementos de las novelas del Realismo Mágico es la mezcla de la realidad con elementos fantásticos o mágicos, que son percibidos como normales por los personajes. Se destaca la presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
Características de este movimiento literario
Confluye lo real con lo irreal en historias que abordan la búsqueda de la memoria y la identidad.
El tiempo y espacio se transfiguran en la realidad de los personajes. Las situaciones pueden darse de forma cíclica, pero también distorsionada para dar cuenta del porqué de los conflictos y luchas internas que pueden guardar los personajes de las historias.
La realidad latinoamericana apoyada en la fantasía se hace visible a partir del retrato de situaciones sociales como la pobreza o los conflictos internos de sus pueblos, por lo que sus exponentes encuentran en esta forma narrativa, una oportunidad para “denunciar” o expresar libremente pensamientos que quizá desde el orden político de sus países y gobiernos hubiera sido censurado.
Las historias guardan el propósito de encontrar una verdad asociada al origen y explicación de la vida y el comportamiento de los personajes, recurriendo a elementos sobrenaturales que se asumen como normales y a otros elementos como la superstición, el mito o el mundo de los sueños para convivir con lo cotidiano.
La visión del narrador es múltiple y el lector muchas veces puede desconocer quien narra, pues se usa en lengua en primera, segunda y tercera persona.
Enfoque del mundo occidental y del contexto nacional del realismo mágico
La perspectiva crítica hacia el realismo mágico como un conflicto entre la realidad y la anormalidad proviene de la disociación del lector occidental con la mitología, una raíz del realismo mágico que las culturas no occidentales comprenden con más facilidad.
La confusión en occidente se debe a la concepción de lo real creada en un texto realista mágico. En lugar de explicar la realidad utilizando las leyes naturales o físicas, este género crea una realidad en la cual la relación entre los incidentes, los personajes y el entorno no puede basarse o justificarse por su estatus dentro del mundo físico.
Para comprenderlo, nos puede ayudar el análisis que realizó el escritor guatemalteco William Spindler* en su artículo Realismo mágico: una tipología que, si bien tiene ciertas objeciones por parte de críticos, fue un acto de intentar categorizar el realismo mágico. Sostiene que hay tres tipos de realismo mágico, aunque no son de ninguna manera incompatibles entre ellos:
- “Metafísico” europeo: con su sentido de extrañeza y lo extraño, ejemplificado por la ficción de Kafka.
- “Ontológico”: caracterizado por “seriedad” al relacionar eventos inexplicables
- “Antropológico”: en donde una cosmovisión nativa se une a la cosmovisión racional occidental.
Escritores destacados en Latinoamérica y sus obras
Si bien hay muchas críticas sobre que América Latina sea el epicentro de todas las obras del realismo mágico, es indudable que es en este continente en el que se aprovechó y expandió al máximo, ofreciendo al mundo una gran cantidad de autores del género.
- Arturo Uslar Pietri: La lluvia (cuento de 1935). Sería el antecedente más antiguo del realismo mágico.
- Jorge Luis Borges: El Aleph (1949).
- Miguel Ángel Asturias: El señor presidente (1946), Hombres de maíz (1949).
- Alejo Carpentier: El reino de este mundo (1949), El siglo de las luces (1963).
- Julio Cortázar: Bestiario (1951), Final de juego (1956).
- Juan Rulfo: Pedro Páramo (1955).
- Carlos Fuentes: La muerte de Artemio Cruz (1962), Aura (1962)
- Gabriel García Márquez: La obra “100 años de Soledad” de Gabriel García Márquez es el máximo exponente de este género literario, siendo además un fenómeno a nivel mundial (1967).
- Isabel Allende: La casa de los espíritus (1982)
- Laura Esquivel: Como agua para chocolate (1989).
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*William Spindler (nacido en Ciudad de Guatemala, Guatemala en 1963) es un escritor y periodista guatemalteco, [1] cuyas obras incluyen ficción, poesía y periodismo en inglés y español. [2] Es autor de una novela Países lejanos, (Magna Terra Editores, 2011, Colección Narrativa) [3] y un libro de cuentos, «Expediciones», publicado en Bogotá, Colombia en 2004. [4] Fue educado en la escuela Liceo Guatemala donde obtuvo un Bachillerato en Ciencias y Letras (Bachillerato en Ciencias y Letras) en septiembre de 1980. Completó su educación superior en Londres, Reino Unido después de que su familia se mudara allí en 1981. En 1988 se graduó de la Politécnica de South Bank (ahora la Universidad de South Bank) en Londres con una Licenciatura con Honores en Idiomas Modernos y Estudios Internacionales.
Fuentes:
- redhistoria.com
- bibliotecasmedellin.gov.co