La cerveza es la bebida alcohólica resultante de fermentar, mediante la levadura seleccionada, el mosto, liquido extraído del proceso de mojado de malta de cebada, solo o mezclado con otros productos amiláceos, transformables en azúcar por digestión enzimática, cocción y aromatización con flores de lúpulo, sus extractos y concentrados. Los ingredientes principalmente utilizados en la elaboración de cerveza son: agua, malta de cebada, levadura y lúpulo.
La cerveza es una de las bebidas elaboradas más antiguas de la civilización. Existen evidencias de su producción desde miles de años atrás. Comenzando en China, hace más de 7000 años, y alrededor del año 5000, en Mesopotamia. Asimismo, entorno al año 3000 se llevó a cabo su producción en Egipto y Europa.
Más adelante, tras la conquista romana, el vino se extendió por el norte de Italia, sur de Francia y Península Ibérica, y la cerveza quedó desplazada hacia el norte europeo, donde había una mayor influencia de las tribus germánicas. No fue hasta el siglo V d. C, a través de las invasiones de tribus germánicas sobre el Imperio Romano, cuando la cerveza volvió a adquirir protagonismo en Europa.
Los monasterios fueron importantes centros de producción alcohólica, y lo destinaban a su propio consumo. Con el tiempo, se permitió a los religiosos vender su producción, y hacia los siglos XII y XIII comenzó a emerger como negocio.
La cantidad de cerveza que consumían los monjes era elevada, y quizá fuera por la existencia de un agua generalmente contaminada, mientras que la que formaba parte de la cerveza había sido hervida anteriormente, por lo que quedaba libre de cuerpos contaminantes.
Por otra parte, la cerveza aportaba unos nutrientes adicionales importantes para compensar la falta de alimento, asique formaba parte de la dieta cotidiana, y también se utilizaba con fines terapéuticos.
Propiedades de la cerveza como alimento
La cerveza es una bebida fermentada con bajo contenido alcohólico (entre un 4 y un 8% de etanol). Por su riqueza nutricional, esta bebida merece una especial consideración respecto a otras bebidas alcohólicas.
De sus más de 2.000 componentes se puede destacar su contenido en hidratos de carbono totales y fibra soluble; minerales y elementos traza como el fósforo, el silicio, el magnesio y el potasio; vitaminas del grupo B (niacina, riboflavina, piridoxina, folatos y vitamina B12), así como compuestos vegetales secundarios, especialmente polifenoles.
El agua es el componente mayoritario de este producto, y, además, la cerveza es la única bebida alcohólica que contiene lúpulo. Junto a estas dos sustancias, se asocia también el anhídrido carbónico que contribuye a que la cerveza carezca de microorganismos patógenos.
Desde el punto de vista científico, el alcohol no está considerado como un nutriente, ni las bebidas alcohólicas se consideran alimentos, y por ello, tradicionalmente, las calorías producidas por el alcohol se denominaban calorías vacías.
Las bebidas alcohólicas aportan 7 kcal/g de alcohol, y en el caso de la cerveza, el contenido energético medio es de 320 kcal/l. En las cantidades que se han definido como moderadas, una mujer de mediana edad (25-50 años) y de actividad física moderada, el consumo de 330 ml de cerveza le aportaría unas 148 kcal a su dieta y de este modo quedaría cubierto el 4,6% de las recomendaciones diarias de energía.
En el caso de un varón de similares características, el consumo de 660 ml de cerveza aportaría 210 kcal a su dieta diaria, por lo que quedaría cubierto el 9% de las recomendaciones diarias. Sin embargo, como ya se ha comentado, la cerveza tiene un bajo contenido alcohólico y un contenido considerable de nutrientes. Por lo tanto, el término de “calorías vacías” queda desvirtuado.
El alcohol puede considerarse un “no-nutriente”. No obstante, hay literatura científica que avala la existencia de un efecto cardio protector del consumo moderado de alcohol, que hace incluso que su ingesta per se, en esas cantidades, pueda presentar efectos beneficiosos sobre la salud.
Nutrientes en la cerveza
Con el objeto de estudiar el aporte de nutrientes de la cerveza a la dieta regular, se hacen estudios en mujeres y varones adultos, y se llega a la conclusión de que la incorporación de un consumo moderado de cerveza a la dieta habitual de mujeres y varones adultos sanos durante 1 mes mejora la calidad de la dieta. De hecho, en las mujeres se encontró un aumento significativo de la ingesta de vitaminas A, B6, B12 y folatos y en los varones el aumento fue también en vitaminas B6, B12 y folatos además proporciona la niacina.
También se encontró un aumento de magnesio en ambos grupos de adultos. Es conveniente indicar, además, que los leves cambios producidos en la ingesta de energía, carbohidratos, calcio y yodo se podrían considerar como aceptables desde un punto de vista nutricional.
Por todo ello se cree que el consumo moderado de cerveza podría tener una implicación importante y saludable en el aporte de nutrientes de una dieta, y de acuerdo con lo establecido por diversos investigadores y organismos internacionales, un consumo moderado de alcohol se considera como 10-12 g/día para las mujeres y 20-24 g/día para los varones.
La recomendación para la mujer de consumir menos cantidad de alcohol que para el varón se estableció, entre otros factores, sobre la base de la menor susceptibilidad del sexo femenino para metabolizar apropiadamente esta sustancia, por presentar los valores de alcohol-deshidrogenasa y testosterona más bajos.
Por último, debe mencionarse que la fibra soluble contenida en la cerveza evita el estreñimiento y contribuye a la disminución del hipercolesterolemia. La ingesta normal recomendada de fibra dietética es de 30 gr/día, de los que un tercio debe ser fibra soluble. El consumo moderado de cerveza sin alcohol supone un 17% de la ingesta de la fibra soluble en la dieta, siendo así la bebida de mayor aporte de fibra de nuestra dieta.
Fuente principal
Laura Pilar del Río Morona, Producción De Cerveza Y Efectos De Un Consumo Moderado Sobre La Salud. Facultad De Farmacia Universidad Complutense De Madrid, 2016