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La literatura, el arte de la expresión verbal

La literatura, el arte de la expresión verbal

La literatura es un conjunto de textos o relatos que utilizan la palabra para evocar reflexiones, sensaciones y emociones en los lectores. La palabra proviene del latín literatura, que es un derivado de la palabra littera y que significa letra del alfabeto. En su origen, pues, la palabra literatura hace referencia a la palabra escrita.

En términos generales se entiende por literatura un tipo de expresión artística que hace uso de la palabra, tanto escrita como oral, para transmitir una serie de sentimientos, descripciones y conocimientos diversos.

La literatura se vale del lenguaje y de sus funciones, que van más allá de transmitir o comunicar un mensaje. El autor da rienda suelta a su creatividad e imaginación, cuyos discursos exponen un propósito y sentido estético y artístico del lenguaje.

Aprender literatura consiste en algo tan sencillo y básico como saber leer y escribir con la finalidad de adquirir conocimiento práctico y también estético. ¿Y de qué sirve leer y escribir, se preguntarán algunos, cuando ya se ha aprendido a hacerlo? Bien, leer y bien escribir sirve para algo tan importante como aprender a pensar.

Los filósofos griegos fueron los primeros en ponerlo en práctica. Fueron ellos los inventores de la literatura como forma o fórmula de explicar y ordenar conceptualmente el mundo. Empezaron por poner palabras a las cosas y relacionarlas.

La lluvia, el viento, el crecimiento de las plantas, la muerte, la salud, perder o ganar una guerra obedecían a palabras que tenían su historia y asociaciones que formaban parte de su significado. La literatura les permitía no sólo imaginar fuerzas superiores que llamaban dioses, sino inventar los conceptos con los que explicar y comprender el mundo.

Nuestra cultura occidental debe casi todo a estos griegos. Más prosaicos nosotros que Platón, Safo o Aristóteles, hemos cambiado el nombre de los dioses antiguos por otros que son mera caricatura de aquéllos y se llaman Internet, Windows, Google o Yahoo. Los manejamos con audacia. Son nuestra forma de vida. Nuestra «nueva literatura».

Escuelas e institutos han desterrado la lectura de clásicos y modernos para poner en su lugar laboratorios de lenguas y sistemas multimedia. Los alumnos mejor calificados ya no son aquellos que saben escribir y expresar con audacia sus ideas, acaso reinventarlas, sino los que mejor se desenvuelven con las divinidades internautas.

La literatura y su géneros literarios

La literatura está compuesta por géneros literarios que permiten clasificar las obras según su contenido. Los tres géneros principales son:

Lírica: La lírica o género lírico es uno de los más antiguos géneros literarios, cuya expresión habitual es el poema, en sus múltiples y muy diferentes presentaciones posibles.

Es decir, la lírica es el nombre tradicional para eso que modernamente denominamos poesía, si bien sus orígenes antiguos estaban más vinculados al canto y a la música que, a la composición literaria contemporánea, y abarcaban distintos tipos de canto que hoy en día consideramos un género aparte.

Se habla de género lírico en oposición, normalmente, al género épico, es decir, al narrativo. Sin embargo, ambas son categorías literarias antiguas.

Los textos líricos se caracterizan por expresar los sentimientos, las emociones, las vivencias del autor (función expresiva). El vehículo más frecuente es la poesía y esta viene condicionada por dos elementos: el ritmo y la extensión. En cualquier caso, ¿Cómo se hace un texto lírico?

El texto poético se escribe, generalmente, en versos y, a veces, en prosa. Pertenece al género lírico. Se diferencia de los otros géneros, como el narrativo o el dramático, en que su intencionalidad fundamental es expresar sentimientos y en que posee ritmo o musicalidad

Narrativa: la narrativa o épica es una obra literaria que hace uso de versos largos o prosa. Forman parte de este género el cuento, la novela, la fábula, la epopeya, la crónica, la biografía, el ensayo, el comic, entre otros.

Es importante destacar que el concepto de la narración se ha extrapolado también hacia otro tipo de arte, como es el caso del género audiovisual. Como toda narrativa se basa en el hecho de comunicar un suceso, en el cine y la televisión también se hace esto, solo que no de forma textual, sino audiovisual. Por ello las películas, series, cortometrajes y telenovelas también pueden ser considerados como piezas narrativas.

Dramaturgia: se trata de las obras teatrales y representativas como la tragedia, la comedia o la farsa.

El elemento fundamental de este arte es el texto teatral. Si bien la historia del teatro se ha realizado propiamente sobre los escenarios convencionales, no hay que olvidar que la obra teatral también se ha llevado al cine y a la televisión.

Las obras de teatro están concebidas para ser representadas. En este sentido, un texto teatral está incompleto, pues no incorpora los elementos propios de la escenografía, tales como la iluminación, el vestuario o el movimiento de los actores. Por otro lado, la música y el decorado de un escenario son igualmente elementos esenciales en cualquier obra teatral.

El argumento de una obra debe captar la atención del público durante su representación, por lo que se establece cada cierto tiempo un momento culminante que dirige la historia hacia su desenlace final.

La obra literaria

La creación literaria es un acto lingüístico, un acto de expresión, de significación y de comunicación.

Como cualquier otro hecho del lenguaje, el texto creado es un mensaje emitido por un emisor, recibido o captado por un receptor, transmitido por un medio de transmisión o transmisor, producido en una situación histórico- social y en un contexto lingüístico-literario determinado, referido a un referente, y cifrado conforme a un código.

La obra literaria es una realidad lingüística y artística autónoma – poseedora de una propia significación y organización o estructura. En la obra literaria se distinguen dos principales planos o niveles de estructura:

A) La expresión o aspecto lingüístico de la obra:

  • Plano sonoro o fónico
  • Plano gramatical o morfosintáctico
  • Plano significativo o semántico

B) El contenido o aspecto designativo de la obra literaria:

  • Qué presenta la obra; de qué se trata
  • Tema principal que se concreta en un asunto determinado
  • El asunto se desarrolla o articula en diferentes motivos – situaciones características en las que se hallan uno o más personajes y que generan una tensión que obliga al desencadenamiento de acciones y acontecimientos
  • Cómo se estructura u organiza lo que la obra representa

se pueden distinguir básicamente dos niveles de estructura:

  • Externa o patente: la organización formal o reparto del contenido de una obra literaria
  • Interna o latente: la organización del contenido propiamente dicha. La estructura más simple está formada por tres «momentos»: introducción o planteamiento de la situación, nudo o clímax, resolución del conflicto o desenlace. Aparte de esto, la estructura puede ser:
  • Abierta: los elementos se ordenan en sucesión indefinida, lo cual permite seguir añadiendo otros nuevos
  • Cerrada: se llega al final a una conclusión definitiva
  • Lineal: los elementos siguen un avance continuo según un orden cronológico hasta el final
  • convergente: 1a disposición de los elementos les hace converger en un anudamiento o coda final
  • Concéntrica: los elementos se disponen entorno a un núcleo central – acción, motivo, – que es el último en ser expuesto

Las figuras literarias

Las figuras literarias, tropos o figuras retóricas, son una serie de giros del lenguaje que se emplean para embellecer el discurso, especialmente en el contexto de la oratoria y de la literatura, alterando significativamente el modo común y cotidiano de emplear el idioma.

Suelen usarse con fines estéticos o persuasivos, como parte de un discurso elaborado, y hacen énfasis en la función poética del lenguaje: la que se centra en el modo de transmitir el mensaje por encima de todo lo demás. También puede hallárselas en el lenguaje coloquial, a manera de giros creativos o lúdicos.

Las más conocidas y empleadas frecuentemente son:

Metáfora y símil. Van juntos porque se trata de comparaciones: se coteja directa o indirectamente dos términos para resaltar alguna cualidad entre ellos, ya sea por semejanza, diferencia, sentido figurado, etc. La metáfora lo hace de modo directo, sustituyendo términos; el símil indirectamente, con un nexo comparativo: “como”, “semejante a”, entre otros. “Sus brazos marchitos y quebradizos” (para referir vejez o debilidad). “Sus cabellos eran blancos como la nieve” (símil)

Hipérbole. Se trata de una exageración con propósitos expresivos: para enfatizar o minimizar algún rasgo particular de algo. “Te lo dije millones de veces” (fueron muchas)

Metonimia. Una forma de metáfora, en que se toma el nombre de una cosa por el de otra, con la cual está emparentada o tiene un nexo de cercanía o pertenencia. “¿Quieres comer japonés hoy?” (comida japonesa)

Sinécdoque. Otra forma de metáfora, pero esta vez toma el nombre de algo por la categoría mayor a la que pertenece (como especie, grupo, etc.) o sea, toma el nombre de una parte por el todo. “Extrajo el acero de su vaina” (el metal de la espada)

Personificación. Consiste en atribuir propiedades humanas a un objeto inanimado o a un animal. “El sol le sonreía a los aventureros”

Anáfora. Consiste en la repetición rítmica de sonidos o sílabas dentro de un verso o una frase. “Tú y tus miedos. Tú y tus fracasos. Tú y tus ganas de perder.”

Alegoría. Ocurre cuando nos referimos a algo sin nombrarlo, sino a través de un conjunto de asociaciones metafóricas o alusiones indirectas. “Cuando te fuiste, lo perdí todo” (sufrió mucho)

Hipérbaton. En este caso el orden tradicional de la oración se altera para permitir una expresión más singular, ya sea ajustándose a la métrica (como en la poesía rimada) o no. “A amar enseñar no se puede”

Onomatopeya. Consiste en la representación verbal de un sonido mediante su equivalente hablado. “Tic, toc” (el reloj)

Sinestesia. Se atribuye una sensación (táctil, olfativa, auditiva, etc.) a un objeto o una situación a la que normalmente no corresponde. “Su nombre sabía a jazmines”

Oxímoron. Consiste en el uso conjunto de dos términos o descripciones cuyos significados se contradicen el uno al otro. “La luminosa oscuridad de la tarde”

Elipsis. Ocurre cuando se omite algún término de la frase o la oración, ya sea con fines de generar suspenso o porque ha quedado claro de frases anteriores y resultaría redundante reiterarlo. “Tengo ganas de llorar, ¿tú no?” (¿Tú no tienes ganas también?)

Asíndeton. Consiste en la supresión de un nexo copulativo (“y”) dentro de una enumeración o un contexto en que comúnmente iría. “Compró papas, lechugas, tomate”

Polisíndeton. Contrario al caso anterior, incorpora un exceso de nexos copulativos, generando una repetición en la frase. “La casa es grande y luminosa y acogedora”

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