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Los seres humanos vs los objetos o maquinas inteligentes

Los seres humanos vs los objetos o maquinas inteligentes

La historia de la humanidad revela cómo siempre se trata de encontrar el camino para simplificar las tareas, los progresos en las ciencias generan una serie de objetos innovadores, se modifican los hábitos de vida de las sociedades, provocan que las costumbres se modifiquen e incluso afectan la evolución de la especie misma, y de alguna manera la vida de las demás especies que habitan en el planeta, tanto para el bien como para el mal, en la mayoría de los casos.

En la actualidad, los objetos y la inteligencia artificial parecen disputarles a las personas el desempeño de algunas actividades. Sin embargo, un robot nunca podrá emular la verdadera naturaleza humana y los valores diferenciales como la empatía, el sentido del humor o la propia humanidad. El talento humano es una característica que cada persona tiene o desarrolla individualmente y que puede aprovechar para su progreso o satisfacción personal, las actividades que el ser humano inventa y para las cuales es bueno.

La expectativa de concebir máquinas con una inteligencia igual o superior a la humana ha dejado de ser desde hace unos años un tema exclusivo de la ciencia-ficción para convertirse en un asunto que se encuentra bajo la atención y preocupación de la ciencia.

El área de la Inteligencia Artificial (IA) se fundamente en la intención racional de continuar creando objetos o maquinas inteligentes. O bien sería equivalente a máquinas con procesos mentales inteligentes, impidiendo de este modo asumir que la inteligencia sea una propiedad homogénea y singular.

Es evidente que hay personas que creen que esta posibilidad debe ser regulada y en casos más extremos, eliminada de antemano, al menos si por inteligencia (o por procesos mentales inteligentes) comprendemos algo que no está sometido a normas predeterminadas, algo que posibilita a los seres humanos reconocer de manera rápida lo relevante y lo accesorio en un entorno cambiante.

Estas propiedades brindan al ser humano la oportunidad de ser intuitivos y creativos tanto en el ámbito de la teoría como en el arte, algo que comprende los significados (contenidos semánticos) y para usar el lenguaje como referencia al mundo real; algo, en última instancia, que tiene como características singulares la conciencia y lo que, en última instancia, denominamos: sentido común.

Para quienes tenemos algunos reparos en relación con la inteligencia artificial, insistimos en que estas son características sin las cuales no cabe abordar la inteligencia, y ponen en duda que las máquinas puedan incorporar alguna vez tales particularidades.

Es importante señalar que estas voces divergentes no son consideradas muy relevantes por los científicos e ingenieros involucrados directamente en proyectos de inteligencia artificial, y por el momento sus argumentos no son definitivos contra los que presentan los defensores de las máquinas inteligentes, aunque sin duda no carecen de credibilidad en muchos aspectos.

Es evidente que los progresos obtenidos en el ámbito de la inteligencia artificial, de los que los sistemas expertos y las redes neuronales artificiales son la muestra más destacada, han sido muy rápidos y espectaculares, y han sido lo suficientemente significativos como para que las expectativas generadas en relación con dicho ámbito se mantengan en alto.

Por supuesto, la intención, no es involucrarse en el debate acerca de la realidad de la creación de máquinas que sean inteligentes, ni en el de la diferencia entre simular la inteligencia y la capacidad de tener inteligencia.

Para proseguir con la línea de argumentación, se puede suponer que las máquinas inteligentes con habilidades superiores a las humanas están ya a nuestro lado, aunque somos plenamente conscientes de lo problemático y controvertido que había sido una suposición como esta. En la actualidad son una realidad; muchos procesos que realiza el ser humano son fácilmente reemplazados por un objeto artificial.

La inapelable realidad

La IA se ha convertido en un desafío en el que la ciencia se ha enfocado de manera reciente, ya que las máquinas adquieren cada vez más la capacidad de solucionar situaciones mucho más complejas; el refrigerador ahora también es un dispositivo inteligente, ya que además de conservar los alimentos, puede conectarse a la red y asistir a los niños en sus tareas escolares. mientras envía información del estado de la comida a los padres directamente en sus dispositivos móviles.

Es verdad que muchos artículos que gozan de tener el calificativo de “smart” lo hacen solamente para vender, la mayoría de los que de verdad tienen esta característica están conectados a una red global de información; es decir, el internet y su inmensidad de contenido es la “inteligencia” que dicen tener; pero la inteligencia artificial va mucho más allá de esto, se define de forma diferente y tiene unas características específicas.

Debido a la necesidad del hombre de humanizar todo lo que interactúa como parte de su esencia natural, se puede descifrar a sí mismo y a sus acciones, al fin y al cabo, es una especie realmente social; la interacción con los demás es esencial para la supervivencia como especie; el ser humano siente placer de encontrar semejanzas con los demás y desea que los demás se parezcan forzosamente a él, a sus pensamientos y a sus ideales; esta característica es también consecuencia de su propia destrucción, pero esto no se limita a la interacción entre individuos, es evidente también que, en la conexión con los animales, el ser humano busca la solución de que estos se comporten como él mismo.

Siempre es difícil entender otros seres que se alejen de lo antropológico. No hay pruebas reales o pruebas de vida en otros mundos. Sin embargo, se cree que los seres venidos de planetas lejanos tienen los mismos órganos sensoriales y un idioma que se podría descifrar fácilmente, ante lo desconocido como la creación del planeta.

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La existencia del ser humano en su objetivo, constante de humanizarlo todo, sugiere que los objetos se parezcan y sean reflejo del ser humano mismo. Dentro de la imaginación y la concepción del mundo, las máquinas se encuentran prácticamente como otros seres humanos a su disposición. Se encuentra en la etapa de que las máquinas sean una versión optimizada de los seres humanos, al menos eso es lo que parecen querer alcanzar las poderosas empresas que actualmente se encuentran involucradas en el progreso tecnológico.

Todos esos progresos por pequeños que parezcan tienen un impacto en los sectores menos favorecidos de la sociedad, hace muchos años, dado que los trabajadores de la industria manufacturera han sido reemplazados por el trabajo de las máquinas, lo cual es beneficioso y ahorrativo para el productor, pero causa crisis en la sociedad al desaparecer una gran cantidad de empleos, muchos gobiernos incluso han decidido limitar el uso de la tecnología al dejar a miles de personas sin su trabajo.

El diseño no es la excepción, al contrario, es una de las tareas que se está viendo más amenazadas por el avance tecnológico; aunque la tecnología siempre ha sido un aliado del diseñador, parece que ahora también se convierte en su antagonista. Se brindan a través de una interfaz la opción de realizar comandos con un código previamente establecido, lo cual brinda al usuario la oportunidad de desarrollar su habilidad y dejar volar su imaginación, como un lienzo en blanco esperando ser dibujado.

La inteligencia artificial (IA) tuvo lugar como consecuencia de investigaciones en el ámbito de la psicología cognitiva y la lógica matemática, enfocándose en la explicación del trabajo mental y la elaboración de algoritmos con el objetivo de solucionar problemas de carácter general. La IA es una conexión entre la ciencia del computador, la fisiología y la filosofía, las cuales comparten la creación de máquinas que pueden «pensar o reflexionar «.

Para comprender mejor de que se trata todo este tema de la IA (Inteligencia Artificial), su impacto en la industria (específicamente en profesiones que hasta ahora son realizadas únicamente por personas, debido a sus características) y la vida del ser humano podríamos decir que la IA es la capacidad de las máquinas para usar algoritmos, aprender de los datos y utilizar lo aprendido en la toma de decisiones tal y como lo haría un ser humano.

Fuentes:

Antonio Diéguez, Milenarismo tecnológico: la competencia entre seres humanos y robots inteligentes. Universidad de Málaga, Núm. 4 (2001): Argumentos de razón técnica.

Richard Andrés Coca Castrillón. Inteligencia Artificial vs Talento Humano, Universidad de Caldas, Manizales, 2022.

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