El agua es un bien necesario e indispensable para todos, porque es vital para nuestra existencia y permite llevar una vida digna. Actualmente la falta de agua es una crisis universal, porque el mismo ser humano se ha encargado de contaminar el ambiente, deforestar y depredar las áreas boscosas, lo cual ha influido en la reducción de los mantos acuíferos.
Tanto los fenómenos climatológicos como el crecimiento acelerado de la población, han afectado la situación precaria del agua, siendo una de las causas para que dicho servicio no se de abasto para atender las diferentes necesidades de las comunidades.
El agua y su ciclo, se están modificando por el cambio climático, lo que supone una gran incertidumbre en los efectos que puede acarrear sobre la vida en la tierra. El agua se puede visualizar y analizar
desde muchísimas perspectivas: este recurso es vida, cultura, economía, religión, salud, desarrollo,
tecnología, distribución, gestión, uso, conflicto, riqueza, belleza, seguridad y muchas cosas más.
La abundancia de los recursos hídricos no es la misma en todos los continentes, ni tampoco existe una conexión entre la población y el acceso al agua dulce, así como tampoco entre el desarrollo humano y la extracción de agua. Asimismo, en cada continente existen disparidades de situaciones entre regiones, algunas de las cuales se encuentran en áreas extremas de desarrollo. En realidad, se pueden apreciar grandes disparidades entre ciudades, pueblos y comunidades de una misma región.
¿Qué dicen las organizaciones internacionales?
Según la ONU, el agua es un recurso cada vez más escaso. El uso del agua ha venido aumentando un 1% anual en todo el mundo desde los años 80 del siglo pasado, impulsado por una combinación de aumento de la población, desarrollo socioeconómico y cambio en los modelos de consumo. La demanda mundial de agua se espera que siga aumentando a un ritmo parecido hasta 2050, lo que representa un incremento del 20 al 30% por encima del nivel actual de uso del agua, debido principalmente al aumento de la demanda en los sectores industrial y doméstico.
Según un informe de la UNESCO, la escasez de agua es “la condición en la cual la demanda de este recurso, en todos los sectores, incluyendo el del medio ambiente, no puede ser satisfecha debido al impacto del uso del agua en el suministro o en la calidad del recurso”. Es un problema que, si bien es en parte provocado por la propia naturaleza, se ha visto aumentado a causa de la actividad del ser humano y, por consiguiente, el cambio climático.
Las zonas áridas son las que más se ven afectadas por este fenómeno, endureciendo sus condiciones hidrológicas. No obstante, tenemos que ser conscientes de que en el mundo hay suficientes recursos hídricos para toda la población, el problema está en su distribución desigual y el mal uso que se le da. La utilización de los recursos hídricos ha aumentado más del doble en comparación con la tasa de incremento demográfica durante el siglo XX y esto no se ha visto correspondido con el fomento del uso eficiente de estos recursos.
Más de 2.000 millones de personas viven en países que sufren una fuerte escasez de agua, y aproximadamente 4.000 millones de personas padecen una grave escasez de agua durante al menos un mes al año. Los niveles de escasez seguirán aumentando a medida que crezca la demanda de agua y se intensifiquen los efectos del cambio climático.
Los derechos humanos al agua y el saneamiento y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible
De acuerdo con el informe sobre los Gráficos Vitales del Agua publicado en 2002 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio ambiente (UNEP), el volumen total de agua en el planeta es aproximadamente 1.400 millones de km3, de los cuales el 2,5 % representa aproximadamente 35 millones de km3 de agua dulce. La mayoría de esta agua dulce se puede apreciar en forma glaciares y nieves permanentes (ubicadas en la zona antártica y en Groenlandia) o en profundos acuíferos de aguas subterráneas.
Segun la ONU, el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 persigue “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos” y alerta del peligro que supone para la humanidad no abordar este reto de manera inmediata y activa. Es por esto que sus metas animan a utilizar la cooperación internacional como mecanismo para reforzar las medidas que se están llevando a cabo para garantizar este derecho humano en los países en desarrollo, especialmente en los proyectos de captación y tratamiento de aguas y en el uso seguro y eficiente de los recursos hídricos.
Las principales fuentes de alimentación humana son los lagos, los ríos, la humedad del suelo y las cuencas de agua subterráneas relativamente poco profundas. La presencia del agua no se encuentra siempre al lado de las poblaciones, situación, por cierto, que dificulta el abastecimiento de agua. El agua dulce está repartida por el planeta de forma desigual y no proporcional a la población.
El agua potable y el saneamiento están reconocidos como derechos humanos fundamentales, ya que son indispensables para asegurar el sustento saludable de los hogares y fundamentales para mantener la dignidad de todos los seres humanos. El derecho internacional en materia de derechos humanos obliga a los estados a trabajar para conseguir el acceso universal al agua y al saneamiento para todo el mundo sin discriminación alguna, dándoles la prioridad a los más necesitados.
El cumplimiento de los derechos humanos al agua y al saneamiento requiere que los servicios estén disponibles, que sean físicamente accesibles, equitativamente asequibles, seguros y culturalmente aceptables. No dejar a nadie atrás es el alma del compromiso de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que busca que todas las personas en todos los países se beneficien del desarrollo socioeconómico y logren la plena realización de los derechos humanos.
Es preciso tomar precauciones para diferenciar claramente entre derechos de agua y los derechos humanos al agua y al saneamiento. Los derechos de agua, que normalmente están regulados por leyes nacionales, se le confieren a un individuo u organización mediante derechos de propiedad o derechos sobre la tierra, o mediante un acuerdo negociado entre el estado y los propietarios de tierras.
Tales derechos son a menudo temporales y pueden ser retirados. Los derechos humanos al agua y al saneamiento no son temporales ni están sujetos a la aprobación del estado, y no pueden retirarse.
La crisis por el manejo inadecuado del agua
Las grandes civilizaciones de la historia se han ubicado junto a ríos y mares que han posibilitado su desarrollo durante siglos. No obstante, a medida que la población ha progresado, el lograr el abastecimiento universal de los recursos hídricos ha ido siendo cada vez más difícil. La pérdida de los recursos naturales y el crecimiento desordenado de las ciudades han transformado el agua en un valioso bien; asegurar su durabilidad en el tiempo y su consumo sostenible es uno de los desafíos más relevantes a los que se enfrenta nuestra sociedad en la actualidad.
El descuido en el uso ha puesto en peligro su categoría de renovable. Innumerables son los eventos de sequías con consecuencias catastróficas a nivel urbano y regional. Las problemáticas en torno al agua son diversas y alertan sobre la necesidad de modificar la racionalidad de su manejo. La reducción de la disponibilidad del recurso en calidad o en cantidad provoca conflictos de diferente naturaleza, que es necesario resolver.
Los problemas derivados del manejo inadecuado del agua se ponen en evidencia en la salud de la población, en su calidad de vida, en los costos económicos, sanitarios y sociales para el mantenimiento y producción de la cantidad y la calidad del agua que se consume, de la población involucrada y de los Estados para hacer frente a las consecuencias de las catástrofes hídricas.
Otro de los problemas derivados del mal uso del agua es su degradación y contaminación, provocada por el uso negligente de los recursos hidrológicos como el uso de productos químicos, el aumento de las tasas de urbanización, la degradación del suelo o la inadecuada limpieza de los desechos. Estos contribuyen también a la escasez del agua dulce.
Para poder hacer frente a la escasez de agua y que toda la población mundial tenga cubiertos los servicios WASH, palabra que agrupa las siglas de agua (WA-water), saneamiento (Ssanitation) e higiene (H-hygiene) en inglés y que se utiliza para hacer referencia la estrategia global que persigue asegurar el acceso universal, sostenible y asequible a los servicios de agua, higiene y saneamiento.
Es necesario reforzar el modo en el que se gestionan los recursos hídricos. Esto pasa por aumentar la inversión en tecnología e infraestructura natural y artificial; fortalecer las estructuras institucionales regulatorias y los incentivos al desarrollo de este tipo de proyectos; y mejorar el análisis y la monitorización de la información disponible.
Fuente Principal: NO DEJAR A NADIE ATRÁS. Informe Mundial de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2019