El arancel como gravamen es una tasa o impuesto que se impone a los productos cuando traspasan la frontera de una nación, ya sea en el caso de importaciones o de exportaciones. Estos tributos pueden ser ad valorem (una proporción del valor del producto) o específicos (una cantidad determinada por unidad).
El propósito de los aranceles es salvaguardar la industria local, producir ingresos para el gobierno y, en ciertas situaciones, incidir en el comercio global. mientras se incrementa el incentivo fiscal y se establecen acuerdos estratégicos en el terreno político, tanto en términos tecnológicos como geopolíticos, para garantizar la supremacía, en este caso, de Estados Unidos.
La avalancha de aranceles estadounidenses por parte del actual gobierno, liderado por Donald Trump, se asume, internacionalmente, como una guerra comercial. Este tipo de confrontación se refiere al conflicto no bélico entre dos o más naciones, a través de acciones de protección que implican la aplicación obligatoria y directa de barreras arancelarias, de impuestos y aduaneras.
Esto a su vez genera efectos perjudiciales para las naciones que sostienen la guerra comercial, ya que incrementan el costo de los productos a los compradores, impidiendo de forma indirecta la venta de determinados bienes y servicios, además de impactar la balanza comercial.
Dado que, el mundo actualmente está interconectado y globalizado, los países tienen una interdependencia económica internacional en el que intervienen conceptos como cooperación, conflicto, actores, sensibilidad y vulnerabilidad. Estas divisas que se usan como unidad de cambio para transacciones entre los diferentes países, al valorizarse o devaluarse, pueden ayudar o perjudicar a los países en el comercio internacional.
Cuando este comercio internacional es alto ayuda a tener buenos niveles de crecimiento y a su vez beneficios para el desarrollo económico acarreando grandes ganancias de inversión en la parte social, cultural, deportiva, tecnológica, investigativa, educativa, entre otras; es por esto que el comercio exterior influye notablemente en el bienestar de las personas.
Para que el comercio internacional se desarrolle de forma correcta, es esencial establecer una serie de acuerdos que contribuyan a reducir los daños colaterales. Estos daños pueden manifestarse en la quiebra de empresas nacionales cuando no consiguen ser lo suficientemente competitivas frente a compañías foráneas. Por esta razón, dentro de estos convenios se definen aranceles; que aluden a un impuesto que se impone a los productos y servicios que son importados en un país.
El nodo del asunto y su contexto
La China tiene en marcha una nueva formación socio económica con orientación socialista de grandes logros y posicionamiento global, pasando de una economía agrícola a hacer una potencia industrial y tecnológica, su aspiración es convertirse en el próximo líder en las industrias más importantes, cuya meta es impulsar su crecimiento económico, poniendo en peligro la supremacía mundial de Estados Unidos.
Por esta razón, el gobierno de Donald Trump implementó un giro proteccionista y un bilateralismo comercial con el objetivo de salvaguardar e incentivar al conjunto de capitales no competitivos a nivel mundial, recuperar la base industrial nacional, y tratar de regular el déficit comercial de Estados Unidos mientras se incrementa el incentivo fiscal y se establecen acuerdos estratégicos en el terreno político, tanto en términos tecnológicos como geopolíticos, para garantizar la supremacía de Estados Unidos.
Donald Trump ha establecido el arancel más elevado que se ha visto contra China, aplicando un 245% a todo lo vinculado con Pekín. La Casa Blanca lo proclamó y difundió como «el día de la liberación económica» y los mercados lo catalogaron como «el día del Armagedón Bursátil». Trump tiene una lógica simple, si tu único instrumento es un martillo, todo parece un clavo y China sería un clavo del tamaño de un portaaviones, la dificultad radica en que ese clavo mantiene el equilibrio de la economía contemporánea.
Tierras raras, Galio, Germanio y una extensa variedad de recursos otorgan vida a los chips, coches, misiles, baterías y trenes de levitación magnética; sin estos, los Estados Unidos retroceden a la era de piedra digital. En este contexto, China reaccionó con firmeza, cerró la válvula de los minerales esenciales, eliminó la oferta del Galio, del que los Estados Unidos depende en un 98%, de Germanio 80% e imanes de alta eficiencia. Los barcos que ya estaban en ruta hacia USA quedaron varados en los puertos de China.
Los precios de referencia han aumentado considerablemente y las cadenas de abastecimiento occidentales se han fragilizado. Aunque la cadena de noticias Fox News, un aliado del presidente Trump, festejaba su victoria en la guerra tecnológica, Pekín ha puesto al pentágono en jaque mate. Esto se debe a que sin los elementos previamente mencionados no existirán los F-35, los satélites, los ventiladores industriales y, sobre todo, no existirán chips ni vehículos eléctricos.
Previo a la implementación de tarifas aduaneras, la empresa NVIDIA había revelado una inversión de medio billón de dólares (500.000 millones) para la fabricación de supercomputadoras de inteligencia artificial en Estados Unidos, especialmente en Texas y Arizona. Esto fue lo que el presidente Trump presentó como una evidencia de que sus tarifas eran eficaces, dado que la joya de la corona de los semiconductores regresaba a su casa.
Sin embargo, lo que no advierte Trump es que los chips no se preparan con patriotismo sino con Galio, Neodimio y disprosio y esos recursos siguen teniendo pasaporte chino, así que las flamantes fabricas corren el riesgo de convertirse en bodegas vacías o como jocosamente califican algunos expertos en la tortillería más cara del mundo si no llega materia prima. A medida que la Casa Blanca agitaba su martillo, Pekín puso el foco en otro asunto crucial, la aviación, instruyó a todas sus aerolíneas a boicotear a BOEING y congelar la adquisición de piezas a cualquier proveedor de Estados Unidos.
Para una compañía que en 2018 vendió un cuarto de sus aviones en China y todavía cuenta con decenas de aviones 737 Max a la espera de entrega, la decisión es un misil directo a la caja registradora. No solo se esfuma el cliente más grande del mundo, sino que se proyectan 9.000 aviones chinos en los próximos dos décadas. Además, BOEING tiene que asumir sobrecostos debido a que el 60% de los componentes del avión 787, también conocido como «Dreamliner», provienen de Japón, Italia o el Reino Unido y ahora pagan un peaje arancelario extra, de al menos, del 10%.
La faena de Pekín posee un doble propósito, por un lado, potencia a AIRBUS, que ya provee la mayoría de las flotas de China: CHINA SOUTHERN AIRLINES y CHINA EASTERN, por su parte, proporcionan oxígeno a COMAC, el productor chino que gradualmente está colocando su C-919 en los cielos nacionales. Al descolgar a BOEING, China no solo sanciona a Estados Unidos, sino que también seduce a la UE con una golosina. Si Washington te dificulta la vida con tarifas, nosotros podemos comprarte más a 320 y pagar en euros o en Yuanes; en otras palabras, más negocio para Europa y un golpe adicional a la hegemonía del dólar.
Trump creía que la presión arancelaria obligaría a Xi Jinping a ceder. En cambio, cada golpe recibe un contragolpe: 245% en arancel de entrada, bloqueo mineral de regreso; amenaza a la electrónica china, veto a BOEING; subida al acero europeo, Europa coqueteando con Pekín y mientras los dos gigantes se enfrentan en el ring, Rusia vende papas fritas desde las gradas y cobra en Rublos, divisa rusa que ha registrado un 38% de incremento en su valor respecto al dólar desde enero, de acuerdo con Bloomberg L.P., a río revuelto beneficio para los pescadores.
En «Wall Street», el festejo es apasionante, los inversionistas se alejan de las tecnologías y se resguardan en metales valiosos o en divisas que no estén sujetas a la reserva federal. El Dow jones experimenta caídas diarias de tres (3) dígitos, las acciones de los semiconductores caen un 6% después de cada nuevo comunicado chino, el departamento de comercio reconoce con dureza que en la mayoría de las zonas raras de Estados Unidos no hay refinado y que la reindustrialización se demorará, al menos diez años.
La casa Blanca contrataca con la idea del “Reshoring robotizado”, traer fabricas a casa y sustituir mano de obra barata por robots de última generación, no obstante, hay dos problemas: primero, los robots también llevan servomotores e imanes de Neodimio, sin China, no hay robots. Segundo: El propio Morgan Stanley (multinacional financiera estadounidense) calcula que más de la mitad de la cadena mundial de componentes robóticos es de la China o pasan por China, construir un ecosistema alternativo implicaría invertir fuera de Estados Unidos, oponiéndose al slogan “America first”.
El impacto de la Guerra comercial USA vs CHINA
Los efectos colaterales ya se sienten en todo el planeta, Canadá y México temerosos de quedar atrapados entre gigantes diversifican exportaciones, la Unión Europea con la industria alemana al borde de la recesión sopesa pactos paralelos para asegurar suministro de Galio, Japón que vio cómo se hundía su industria de imanes en 2023 cuando China cerró la llave por un mes firma acuerdos exprés para no repetir la pesadilla.
En los pasillos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la palabra desdolarización suena más fuerte, si los chinos compran aviones en Euros y venden minerales en Yuanes para que usar billetes verdes. En este tablero NVIDIA es el peón convertido en reina o en rehén según se mire, sus chips H-200 son el corazón de la IA generativa codiciados por Microsoft, Open AI y medio Silicon Valley, para fabricar sus chips necesita Galio, disprosio para los imanes de los servidores y Terbio para los laser de litografía. Sin esos elementos, la supuesta victoria de fabricar en Arizona se evapora.
NVIDIA proyecta proveedores alternativos en Australia y Kazajistán, pero ninguno puede igualar la escala y la pureza del material chino y montar refinerías nuevas costaría miles de millones y años de permisos medioambientales. Los voceros afines al presidente Trump repiten que China no se atreverá a dejar al mercado estadounidense, la realidad es que Pekín ha hecho sus cuentas, puede absorber el golpe porque tiene 3,2 billones en reservas y porque aun el mundo compra sus productos, Estados Unidos en cambio, acumula una deuda de 34,6 billones y ve como la inversión extranjera directa cae por tercer trimestre consecutivo.
Cada subida arancelaria empuja la inflación al alza y obliga a la reserva federal a subir tipos y matar el crédito o elegir entre imprimir más dólares o devaluar la moneda, mientras tanto Europa descubre que su enemigo comercial quizás no sea China sino su viejo aliado. Trump rechaza un pacto de arancel cero con la UE y amenaza con un 20% reciproco, Bruselas dependiente de las exportaciones para más de la mitad de su PIB ve el abismo y escucha el canto de sirena de Pekín” Podemos comprarte más a 350, más vino, más lujo y pagarte en tu moneda.
El trueque AIRBUS – GALIO se convierte en arma diplomática, el gran riesgo es que la población se acostumbre a titulares de 245% aquí o bloqueo allá, como si fuera un marcador deportivo, pero no es un partido de exhibición, son los cimientos de la economía global, un suministro de Galio cortado hoy en día, significa menos resonadores de microondas mañana.
Un veto a BOEING, hoy implica menos empleo en Kansas y menos mantenimiento en Buenos Aires dentro de pocos años y cada punto porcentual que sube el dólar por la incertidumbre encarece la deuda de los paises emergentes que nada tienen que ver con el pleito.
Fuentes:
- Juan Sebastián Allina, Julián David Giraldo. ¿Cuáles son las consecuencias económicas y sociales de la guerra arancelaria entre usa y china en América Latina? Universidad El Bosque Bogotá, Colombia 2021.
- Nelson Aguilar. Jaque Mate a Donald Trump: https://www.tiktok.com/@nelsonaguilartrader/video/7494158402495483141?_r=1&_t=ZS-8vdaoa0JOHY Generado por IA)
