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La violencia de pareja: violencia doméstica o de género

La violencia de pareja: violencia doméstica o de género

Hoy por hoy persiste la confusión y falta de consenso en cuanto a la nomenclatura que se emplea para referirse a la violencia de pareja. Se tiende a emplear los términos de violencia de pareja, violencia intrafamiliar, violencia doméstica o violencia de género indistintamente, cuando hacen referencia a distintos ámbitos.

Tradicionalmente, ha sido el término violencia doméstica el más utilizado para referirse a dicha problemática. Si bien, la violencia doméstica no es exclusiva de la pareja, ya que cualquier miembro del hogar puede ser víctima o agresor, sea mujer, hombre, anciano/a o hijo/a. Otro de los términos frecuentemente utilizado para referirse a la violencia de pareja ha sido el de violencia de género, si bien ésta se produce entre hombres y mujeres, fuera o dentro del hogar, tengan o no una relación de parentesco.

La violencia de género es el término más amplio, y se emplea para referirse a cualquier tipo de violencia ejercida hacia la mujer sobre la base de su género. La definición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de 1993 es la más aceptada y la que ha servido de base para documentos posteriores.

Esta declaración definió la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada” (A/RES/48/104, de 23 de febrero de1994).

Por otro lado, la Comisión Europea (1999) hace mención a la violencia de pareja dentro de sus definiciones más amplias de violencia de género y de violencia doméstica. En primer lugar, la violencia de género, sexista o sexual, es definida como “todo tipo de violencia ejercida mediante el recurso a las amenazas de recurrir a la fuerza física o al chantaje emocional, incluyendo la violación, el maltrato de mujeres, el acoso sexual, el incesto y la pederastia”.

En segundo lugar, la violencia doméstica o violencia en la familia es definida como “toda forma de violencia física, sexual o psicológica que pone en peligro la seguridad o el bienestar de un miembro de la familia; recurso a la fuerza física o al chantaje emocional; amenazas de recurso a la fuerza física, incluida la violencia sexual, en la familia o el hogar. En este concepto se incluyen el maltrato infantil, el incesto, el maltrato de mujeres y los abusos sexuales o de otro tipo contra cualquier persona que conviva bajo el mismo techo”.

Tipos de violencia de pareja

La violencia de pareja habitualmente se clasifica como violencia física, violencia psicológica o violencia sexual, conforme a la naturaleza de los actos violentos:

  • Violencia física: caracterizada por actos físicos como puñetazos, patadas, bofetadas, empujones, mordiscos e intentos de estrangulamiento.
  • Violencia psicológica: caracterizada por actos que menoscaban la integridad psicológica de la mujer tales como ataques verbales (insultos y humillaciones), acciones de control y poder (aislamiento de la familia y los amigos, bloqueo en la toma de decisiones y abandono económico), persecución y acoso, amenazas verbales (amenazas de muerte a la mujer y/o su familia, amenazas sobre la custodia de los hijos, llamadas telefónicas intimidatorias) y chantaje (económico y emocional).
  • Violencia sexual: caracterizada por acciones de sexo forzado (genital o anal, oral de la mujer hacia el agresor o del agresor hacia la mujer, objetos insertados en vagina o ano), sexo homosexual forzado, sexo forzado con animales, forzada a prostituirse o tener sexo en público, violencia física durante la relación sexual (mordiscos, patadas, golpes y bofetadas), amenazas de ser golpeada o de golpear a los hijos por rechazar el sexo, amenazas con cuchillo, pistolas y otros medios coercitivos, implicación de los hijos en las relaciones sexuales o presencia de los mismos en los ataques sexuales y uso forzado de películas o fotografías pornográficas.

Algunos expertos sugieren que esta categorización es artificial puesto que la violencia física inflige también daño psicológico a las víctimas, y ambas formas establecen dominancia y control sobre la víctima. Si bien la violencia psicológica puede resultar inherente a la violencia física o sexual, o bien antecederlas, aquélla se suele dar también sola.

Tipos de violencia de pareja, estrategias y efectos. Elaboración de la tabla a partir de Labrador (2004), Ruiz-Jarabo y Blanco (2004), Escudero (2005), Sanmartín (2004), Tjaden (1998), Asensi (2008). *En referencia a la película Luz de Gas, película británica de 1940, dirigida por Thorold Dickinson. (Datos desde Violencia de pareja: detección, personalidad y bloqueo de la huida, Anna Torres Giménez)

Tipos de violencia de pareja, estrategias y efectos. Elaboración de la tabla a partir de Labrador (2004), Ruiz-Jarabo y Blanco (2004), Escudero (2005), Sanmartín (2004), Tjaden (1998), Asensi (2008). *En referencia a la película Luz de Gas, película británica de 1940, dirigida por Thorold Dickinson. (Datos desde Violencia de pareja: detección, personalidad y bloqueo de la huida, Anna Torres Giménez)

Impacto en la salud de las mujeres

La violencia de pareja del hombre contra la mujer fue declarada en 1996 por la Organización Mundial de la Salud como un problema de salud pública dada su elevada incidencia a nivel mundial y las graves consecuencias que conlleva para las mujeres, las familias y la sociedad en general.

Durante los últimos 25 años ha habido un creciente número de estudios, principalmente de tipo transversal, dirigidos a conocer el impacto de la violencia de pareja en la salud de las mujeres La mayoría de estos estudios se han centrado en el impacto sobre la salud mental, siendo menos frecuentemente abordado el impacto sobre la salud física y relativamente poco investigado el impacto sobre el sistema inmune.

Por otra parte, sólo recientemente se están llevando a cabo estudios longitudinales, cuyo abordaje principal es de nuevo el impacto de la violencia de pareja en la salud mental de las mujeres a lo largo del tiempo quedando en un segundo plano el impacto en la salud física (Gerber y cols., 2008) y siendo hasta la fecha inexistentes los estudios longitudinales que investigan el impacto sobre el sistema inmune.

Por otro lado, si bien en una relación violenta de pareja puede tener lugar tanto violencia física, psicológica y sexual, los estudios existentes se han centrado principalmente en analizar el impacto de la violencia física, seguido por el impacto de la violencia sexual concomitante a la violencia física, el impacto de la violencia física y psicológica, el impacto de la violencia psicológica sola y, por último, el impacto de los tres tipos de violencia.

A este respecto, numerosos estudios transversales ponen de manifiesto la existencia de concomitancia entre la violencia física y la violencia sexual, así como entre la violencia psicológica y la violencia sexual incrementándose el impacto negativo sobre la salud de las mujeres cuando la violencia sexual coexiste con otro tipo de violencia.

Asimismo, está bien documentado que la violencia psicológica acompaña frecuentemente a otras formas de violencia si bien puede aparecer, también, de forma independiente. En cualquier caso, la violencia psicológica ejerce un impacto en la salud tan devastador como la violencia física.

Fuentes principales:

Anna Torres Giménez, Violencia de pareja: detección, personalidad y bloqueo de la huida, Universidad de Barcelona.

Segunda Sánchez Lorente, Estudio longitudinal del impacto de la violencia de pareja sobre la salud física y el sistema inmune de las mujeres. Universidad de Valencia, España, 2009

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