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El respeto como valor humano fundamental en la convivencia

El respeto como valor humano fundamental en la convivencia

El respeto está peligrosamente en decadencia. Paradójicamente como valor fundamental de la responsabilidad social es poco valorado. Así como la honestidad y la responsabilidad, es un valor que hace posibles las relaciones de convivencia y comunicación eficaz entre las personas ya que son condición indispensable para el surgimiento de la confianza en las comunidades.  

El respeto abarca todas las áreas de nuestra vida, e incluye: el respeto hacia nosotros mismos, respeto hacia todas las personas independientemente de su condición, respeto a los padres, a los profesores, a los mayores, respeto hacia las leyes y normas sociales y a las personas que velan por su cumplimiento, respeto hacia los bienes de la comunidad, y respeto por la vida, la naturaleza y los animales. Gracias al respeto y al reconocimiento mutuo de derechos cultivamos relaciones sanas y enriquecedoras, que son la base de una convivencia amable y pacífica.

Las faltas de respeto de los niños hacia los adultos han aumentado en los últimos tiempos y cada vez preocupan más a familias, profesores y al conjunto de la sociedad. La violencia física y verbal de hijos a padres, ha aumentado últimamente. La situación de los docentes no es muy diferente. Retar, insultar, humillar o incluso agredir a los profesores se ha convertido en un comportamiento relativamente frecuente. La relación entre el respeto que los niños demuestran hacia sus padres y el que muestran hacia sus profesores, es muy estrecha.

En los hogares en los que los padres educan a sus hijos en el respeto y valoran la labor del docente delante de sus hijos, estos tienden a respetar más a sus profesores.  No obstante, si desde casa se desacredita la autoridad del profesor, los niños se sentirán con autoridad para cuestionarlo y desafiarlo. Dada la situación, parece necesario replantearnos qué modelo educativo le ofrecemos a los niños, y qué aspectos son fundamentales para inculcar el respeto desde el ámbito familiar.

El irrespeto a nuestras instituciones surge de la laxitud en la que ha caído la cultura moderna por el excesivo énfasis que hemos puesto a la libertad y los derechos de los individuos con el olvido de la responsabilidad y el deber como contraparte complementaria. Esta actitud ha traído como consecuencia una mala interpretación de lo que significa la dignidad de la persona y su responsabilidad social. El Respeto es uno de los valores más importantes. Es una de las bases sobre la cual se sustenta la ética y la moral en cualquier campo y en cualquier época, por eso es tan importante arraigar el respeto como cultura de vida y tener en cuenta estos ejemplos:

  • Respeto al prójimo: respetar los derechos de los demás y tratarlos con educación.
  • Respeto a la naturaleza: cuidar la naturaleza y no dañarla.
  • Respeto a la autoridad: seguir las normas que dicta la autoridad.
  • Respeto a las leyes: obedecer lo que manda la ley.
  • Respeto a los padres: tratar a los padres con respeto y obediencia.
  • Respeto a los valores: seguir los valores que dictan las normas morales.
  • Respeto a las buenas costumbres: respetar las que se siguen en el lugar al que se va.
  • Respeto a las normas sociales: comportarse de acuerdo a lo que marca la sociedad como respetuoso
  • Respeto a los animales: no maltratar a los animales, ni abandonarlos, por el contrario cuidarlos y protegerlos.
  • Respeto a uno mismo: respetar las creencias y valores propios.
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