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La mujer en la práctica del fútbol mundial

La mujer en la práctica del fútbol mundial

La historia de la mujer en el mundo y su participación en muchos ámbitos sociales como el político, el religioso, el económico, entre otros, ha estado marcada por paradigmas que se han instituido y legitimado desde las posturas de lo masculino, sin embargo, existe uno, muy singular, donde la mujer ha tenido que abrirse paso con gran dificultad, y es el ámbito deportivo, en particular en lo que tiene que ver con su participación en deportes que por tradición son jugados por hombres como el fútbol.

La rama femenina del fútbol ha representado nuevos empleos, nuevos mercados, diferentes técnicas futbolísticas y otros estándares de juego. Sin lugar a duda las mujeres han logrado apropiarse del fútbol, lo han influenciado y transformado, de tal manera que, hoy en día es un deporte bastante popular a nivel mundial.

Dentro de esa industria la mujer sigue jugando un papel social desigual, donde se limitan sus posibilidades de opinar, de liderar o de surgir, viéndose muchas veces sometida a tratos injustos. Sumado a esto, la percepción que la sociedad tiene de las jugadoras ocasiona que sean señaladas y juzgadas en lugar de que se resalten sus triunfos y logros.

Es así, como es necesario visibilizar esta situación e invitar a la comunidad y a la escuela a reflexionar en torno a esta problemática, con el objetivo de transformar los imaginarios de género desde la infancia y permitir a las niñas y mujeres libertad para decidir y hacer parte de todos los escenarios sociales sin discriminación.

Un poco de Historia

Desde finales del mismo siglo XIX las mujeres comenzaron a involucrarse en el fútbol. En 1892 se disputó en Escocia el primer partido oficial de mujeres y dos años más tarde en 1894 cuando NettieHoneyball, una activista de los derechos de la mujer, fundó el primer club deportivo denominado British Ladies Football Club. Honeyball, convencida de su causa declaró que con esto quería demostrar que la mujer podía lograr emanciparse y tener un lugar importante en la sociedad que por entonces excluía a muchas mujeres.

Desde entonces las mujeres comenzaron a abrirse campo en el fútbol y su participación se fue incrementando cada vez más.  En los años 1970 las pocas federaciones nacionales, no reconocidas oficialmente, de fútbol femenino, de países como Italia, China y México, entre otros, se unen para crear el Mundial de Fútbol Femenino, sin reconocimiento de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA).

Este tipo de actos fueron los que poco a poco comenzaron a ejercer presión sobre las grandes instituciones para que se unieran a este reconocimiento de la práctica femenina del fútbol. No fue sino hasta finales de los años 1980, que la FIFA considera oficialmente el balompié femenino. A partir del reconocimiento, en 1991 se realiza el Primer Mundial de Fútbol Femenino avalado por la Federación y bajo toda la reglamentación institucional.

El evento tuvo sede en China y participaron 12 selecciones nacionales, se jugaron 26 partidos, asistieron 510.000 personas y Estados Unidos quedó campeón. Se entiende entonces que el proceso de institucionalización, a nivel mundial y de tipo nacional, se gesta desde la presión y la lucha que venían haciendo las mismas jugadoras a partir de su participación en el deporte.

El género, las organizaciones deportivas y el fútbol femenino

En la Estrategia del fútbol femenino FIFA (2018), se afirma que “los años de olvido institucional y la falta de inversión impidieron que niñas y mujeres practicasen el fútbol y desempeñasen funciones técnicas, administrativas y de gobernanza” (p. 4). Como respuesta, la FIFA en el 2018 propuso tres objetivos del fútbol femenino: aumentar la participación, potenciar el valor comercial y sentar las bases.

El género se entiende como una “construcción social que distingue lo masculino y lo femenino e incluso separa cuerpos femeninos de cuerpos masculinos, se produce dando énfasis principalmente en la biología de ambos sexos. Asimismo, la producción discursiva de este, se ha convertido en parte de una suma de creencias o prácticas sociales que son vistas como normativas, como no dichas, como existentes fuera del marco de desafío y crítica.

Resulta pertinente establecer las instituciones formales que regulan y guían la práctica del fútbol femenino a nivel internacional y nacional. Para esto, es importante resaltar a través de una corta contextualización histórica que el fútbol femenino a nivel mundial ha estado permeado históricamente por la prohibición. Ejemplos de esto son: Alemania (entre 1955- 1970); Inglaterra (1921-1971) (Murua, 2017, p. 23); y Brasil (1941-1979).

Frente a este último, se descubre que, a partir de estereotipos sobre las futbolistas y de la construcción social del género femenino basado en su rol de madre y cuidadora del hogar, le fue prohibida la práctica del fútbol a las mujeres durante 40 años, desde 1941. Este hecho obstaculizó el desarrollo efectivo de este deporte y reafirmó la exclusión de las mujeres de esferas dominadas exclusivamente por los hombres.

Es relevante abordar los esfuerzos de la FIFA por institucionalizar el fútbol practicado por mujeres. En los últimos Estatutos de la FIFA (2019) (equivalentes a su constitución), uno de sus objetivos principales es: “fomentar el desarrollo del fútbol femenino y la participación de las mujeres en todos los niveles de gobernanza del fútbol”.

Este objetivo se ha materializado en una serie de esfuerzos institucionales desde la FIFA. Cabe resaltar la importancia de la consolidación de la ‘Copa del Mundo Femenina de la FIFA’ de mayores desde 1991 (división Sub-20 desde 2002 y Sub-17 desde el 2008) (FIFA, 2018). Gracias a este esfuerzo institucional, nos encontramos en un momento histórico para la masificación y la visibilización del fútbol femenino a nivel mundial, como se refleja en el último Mundial femenino de mayores en Francia, (2019) calificado como “el Mundial femenino más importante de la historia”.

Resulta vital que la mayor organización encargada del fútbol a nivel global identifique y haga frente a los obstáculos que enfrenta la consolidación del fútbol femenino, debido a que puede generar un cambio institucional dentro de las organizaciones regionales y nacionales de fútbol. Ello cabe dentro de la evolución de las sociedades a favor de su consolidación.

Asimismo, se evidencia que las instituciones formales se encuentran en la segunda fase del ‘ciclo de vida’ de las normas, pues en los últimos años ha crecido la aceptación de normas sobre la profesionalización del fútbol femenino a nivel global, que caben en la ‘cascada de normas’ y una dinámica de imitación por parte de las Confederaciones y de las Federaciones Miembros de la FIFA.

Fuentes principales:

Diana Carolina González Sánchez, Las Mujeres En El Fútbol, El Fútbol En Las Mujeres Feminidades, Cuerpo Y Deporte, Universidad ICESI Facultad De Derecho Y Ciencias Sociales Antropología, Cali 2018

María Camila Vargas Peña, Realidad Social Y Cultural De La Práctica Del Futbol Femenino En La Ciudad De Tunja, UNIVERSIDAD PEDAGOGICA Y TECNOLOGICA DE COLOMBIA, 2020

Daniela Andrea Cano Pérez, El Fútbol Profesional Femenino En Colombia: Una Mirada Politológica, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá D.C. 2020

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